La coordinadora de Trabajo Social en la Oficina de Representación en Tlaxcala, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), María de los Ángeles Avendaño Flores, recomendó identificar los síntomas del estrés y depresión en los jóvenes.

Lo anterior, para minimizar los daños y consecuencias que se presentan a nivel familiar, ya que se ha detectado que durante el periodo de aislamiento social, se incrementó el uso y abuso de sustancias adictivas, tabaco y alcohol.

Tales situaciones afectan gravemente a las y los jóvenes, causan estrés y ansiedad, lo que incrementa el grado de incertidumbre y temor, en particular en los casos cuyos padres o hermanos han vivido la experiencia de contagio por COVID-19, y más si ello ha significado la pérdida de alguno de sus seres queridos.

Avendaño Flores resaltó que se puede aprovechar el momento para que las familias se integren de una manera más sana, revaloren lo que es más importante para cada familia y para cada uno de sus integrantes, por lo que resulta imperativo platicarlo, dialogarlo y retroalimentarlo, para detectar oportunamente señales de alarma y la necesidad de atención profesional personalizada.

Como parte del Plan de Acción en Salud Mental que implementó el IMSS ante la emergencia por COVID-19, tiene a disposición de sus derechohabientes el número 800 2222 668, opción 4, donde especialistas en psiquiatría y psicología, brindan acompañamiento, técnicas de relajación y psicoeducación para intervenir en momentos de crisis, de lunes a viernes, de 08:00 a 20:00 horas.

Puntualizó: “la experiencia del aislamiento social abre la posibilidad de reencuentros más saludables y de una mejor integración familiar, si todos aportan sus dudas e inquietudes, para trabajarlas y atenderlas juntos como familia, se podrá salir de los círculos viciosos que se han construido y se podrá liberar la toxicidad de muchos años”.

“Las y los jóvenes han enfrentado muchas malas noticias: no pudieron concluir sus estudios, como lo hubieran querido hacer; no pudieron concluir su servicio social o sus prácticas profesionales; no pudieron ver ya a sus amigos y compañeros; no pudieron jugar o convivir como ellos lo hacían cotidianamente; algunos vivieron la experiencia del virus o han visto de cerca casos de familiares y amigos, o podrían verlo en los próximos días y meses; si trabajaban, posiblemente perdieron el empleo; son todavía múltiples experiencias y vivencias por venir”, explicó.

Para mantener bajo control las situación de estrés y depresión, es necesario llevar a cabo técnicas de relajación, como meditación, practicar algún deporte, adoptar un estilo de vida saludable, cuidar la alimentación, dormir las horas necesarias, mejorar las habilidades de comunicación, y la asertividad. La actitud es muy importante, pero sobre todo evitar el consumo de sustancia, tabaco y el alcohol. En caso de ser necesario, buscar ayuda profesional.

Por todo lo anterior, es importante que las familias estén unidas y atentas a apoyar a esos jóvenes, no solo durante el periodo de confinamiento, sino más allá del COVID-19, esa convivencia y esa cotidianidad deben estar presentes, con propósitos compartidos y con un sentido de comunidad y compromiso  familiar.

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