Páginas del Presente

Por Luis Manuel Vázquez Morales

A lo largo del tiempo, la sociedad ha impuesto una serie de prejuicios y estereotipos que han llevado a la mujer a cumplir con ciertas obligaciones, sólo por su condición, pero, siempre han existido mujeres que se han liberado de esa subestimación para alcanzar sus objetivos. La lista resultaría ingente, basta decir que su pasión por las letras las ha llevado a cumplir con sus sueños y metas; al mismo tiempo, se convirtieron en la voz de aquéllas que no han podido romper con los estigmas sociales.

Hoy se tiene la oportunidad de conocer a una mujer tlaxcalteca que se ha dedicado al campo de las letras. Sus contribuciones le han permitido desarrollarse en su estado en diferentes ámbitos y, sobre todo, obtener el reconocimiento por una vida dedicada a su pasión. Con todo orgullo se debe decir que la Maestra Olimpia Guevara Hernández es una más de las glorias de Tlaxcala, una de las tantas mujeres que conforman lista de Las mujeres de mi tierra.

Ma. Andrea Olimpia Guevara Hernández es originaria de Apizaco, Tlaxcala e hija de Olimpia Hernández Sánchez, ama de casa, y de Rodolfo Guevara Salinas, hombre de campo, ambos comerciantes y buenos lectores. Por esta situación, bien se puede decir que el amor por sus raíces y la pasión por las letras le fueron inculcados desde el hogar donde sus cuatro hermanos mayores también contribuyeron a formarla como lectora al tiempo que le daban ejemplo de trayectorias escolares exitosas, no exentas del gozo de la convivencia con los compañeros.

Refiere que los primeros años de su educación los cursó en el Jardín de Niños Revolución de Apizaco, institución de amplia tradición en la ciudad y sede de un hermoso mural de Desiderio H. Xochitiotzin que la apizaquense asocia a esos lunes de homenaje escolar. Continuó con sus estudios del nivel primaria en la escuela Xicohténcatl y el colegio Nicolás Bravo en el que, también hizo la secundaria para después ingresar al Instituto Fray Pedro de Gante y ahí cursar su preparatoria.

Se formó profesionalmente en la Universidad Autónoma de Puebla, ahora Benemérita, y obtuvo el título de Licenciada en Lingüística y Literatura Hispánicas. Posteriormente realizó estudios de posgrado al cursar la Maestría en Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde fue alumna de grandes maestros como Beatriz Espejo y Miguel León-Portilla. Es de notar que ambas tesis de grado merecieron Mención Honorífica.

Es una mujer consciente de la importancia de la educación continua, por lo que ha complementado su formación con diferentes diplomados y diversos cursos. En sus palabras: “El aprendizaje es uno de mis grandes placeres”.

Desde que culminó sus estudios se ha dedicado principalmente a la academia. “Desde 1987 soy profesora-investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala en la licenciatura de Lengua y Literatura Hispanoamericana”. Ha ocupado diferentes cargos en la facultad, Coordinadora de 1989 a 1992, Consejera Maestra Suplente de 1992 a 1996, Consejera Maestra propietaria de 2007 a 2011, responsable de Cuerpo Académico, de Academia de Licenciatura, de Tutorías, de Extensión y Cultura, de Planes y Programas y de Acreditación, entre otras actividades.

Como parte de su labor profesional ha dirigido más de 30 tesis de licenciatura y algunas de maestría. Su labor investigadora se ha centrado en la recopilación, historia y crítica de la literatura de Tlaxcala y en el teatro mexicano, además de la divulgación de la lengua y la literatura en televisión y radio, medio en el que realizó y condujo, durante tres años, Mundo Literario, programa que convocó a más de cincuenta reconocidos escritores con entrevistas exclusivas.

Durante su destacada trayectoria se ha hecho acreedora a diversas distinciones entre las que destacan: Premio Garza Universitaria en el rubro Extensión y Difusión de la Cultura otorgado por la Universidad Autónoma de Tlaxcala en noviembre 2012. Reconocimiento como Maestra Distinguida por la Plataforma de Opinión y Expresión Magisterial AC, entregado en el Palacio de Bellas Artes en 2013. Fue la primera en recibir la Presea José Arámburu Garreta del Congreso del Estado de Tlaxcala por la “notable labor histórica y literaria de gran significado y relevancia social para el estado de Tlaxcala” el 15 de mayo de 2017.

Asimismo, obtuvo el reconocimiento del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, a través del Museo Miguel N. Lira, “por la importante aportación al conocimiento de la vida y obra del escritor tlaxcalteca Miguel N. Lira” en octubre de 2017 y recientemente, en 2019, el Reconocimiento al Mérito Ciudadano “Lic. Emilio Sánchez Piedras”, entregado por el H. Ayuntamiento de Apizaco.

Los aportes a la sociedad tlaxcalteca han sido abundantes. Ha publicado, como coautora, Armario de Ilusiones. Antología literaria de Tlaxcala. Como autora, Dramaturgos tlaxcaltecas. Manuel García Méndez, Miguel N. Lira y Antonio Algarra. Las compilaciones de literatura tlaxcalteca: En el tren de la fantasía. Diez autores cuentan y cantan a Apizaco, además de los que ha editado sobre Miguel N. Lira, de quien ya es considerada una especialista. Además, ha editado y escrito en varios textos de corte académico.

Su más reciente libro Manuel García Méndez: Obra reunida, se suma al rescate del patrimonio literario de apizaquenses, labor en la que continúa trabajando.,

También ha escrito artículos para revistas como Andenes, Creatósfera, Tierra Adentro, Escritos, Enlaces, Piedra de Toque y ha dictado cerca de 50 comunicaciones orales entre conferencias y ponencias a nivel local, regional, nacional e internacional; de igual manera, ha presentado más de 40 libros en foros estatales y nacionales.

En la actualidad considera que hay un panorama alentador para la cultura tlaxcalteca. “Tenemos creadores con trayectoria y jóvenes en casi todas las disciplinas, lo cual permite vislumbrar un buen desarrollo en varias de ellas”.

Puntualiza: “Específicamente en las letras, hay poetas y narradores, hombres y mujeres, quienes ya han dado muestra de su talento en los libros que han publicado y en los premios ganados, aunque ni lo primero ni lo segundo son garantía de una carrera en ascenso. El arte demanda mucho de quien lo practica y no hay que marearse con los triunfos ni con los elogios iniciales”.

Por otro lado, menciona las necesidades que en materia de cultura se hacen manifiestas en Tlaxcala. “Falta quien escriba dramaturgia, a pesar de que los grupos teatrales son varios y se han ido forjando un escenario propio, sin embargo, aún son muy pocos, aparte de Miguel N. Lira, de Manuel García Méndez y de Antonio Algarra, los dramaturgos que están en el panorama estatal. José Luis Pérez Hernández “Güicho” e Irakeere Lima han montado ya obras de su autoría y son algunos de los candidatos; seguramente, hay ya otros con las obras en el cajón. Más talleres en este género ayudarían bastante a lograr libros de dramaturgia”.

“También escasean los ensayistas, pero poco a poco se van animando a entrarle a este género. Aplicaría lo mismo, es necesaria la capacitación. Veo prometedor el cine. De un tiempo para acá, hay un interés grande por hacerlo en el estado y espero gratas sorpresas de los que ahora están iniciándose y probando con la cámara. Seguro que varios de ellos se profesionalizarán y serán referente nacional”.

Continúa exponiendo, “La gran ventaja de Tlaxcala es que tiene un buen programa de capacitación, aunque nunca sobra la preparación, actualizarse y seguir aprendiendo de los maestros. El Instituto Tlaxcalteca de la Cultura ha hecho bastante y debe seguir reforzando esta área fundamental para que los artistas no se rezaguen, sino que estén al día en información, técnicas, modelos. Sólo así Tlaxcala será tendrá un lugar digno en la historiografía del arte nacional, mundial y, ojalá, se convirtiera en el estado emblemático del arte y sus quehaceres en esta nueva realidad”.

Por otra parte, es digna de mencionar su inclusión en el proyecto Musas de Tlaxcala que coordinó Jazmín Zarate Hernández, quien menciona “me propuse conocer cómo se generaba la literatura y el proceso creativo en el estado de Tlaxcala, las problemáticas y las novedades”; de la misma manera argumenta: “Uno de los objetivos de este proyecto fue reivindicar, promover y difundir el trabajo de las mujeres en la literatura local”.

Musa de Tlaxcala y Mujer de mi tierra, Ma. Andrea Olimpia Guevara Hernández merece el reconocimiento por una vida dedicada a la academia y a la difusión de las letras de su estado. Ella, como mujer tlaxcalteca, es un baluarte para la sociedad, y la sociedad se debe fortalecer con una dosis cotidiana de cultura.

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