Ana Lilia Rivera

En este tiempo de la Cuarta Transformación hacemos historia un día sí y otro también.
Hace un par de semanas arrancó el tercer año de actividades de la sexagésima cuarta legislatura, y empezamos a tambor batiente.

Una vez que definimos la agenda como grupo parlamentario de Morena, también he ido afinando las propuestas e iniciativas que iré presentando a lo largo del año legislativo.
Así, en las próximas semanas subiré a tribuna para hacer del conocimiento del Pleno estos proyectos, que buscan mejorar las condiciones de vida de la población, a partir de un marco jurídico adecuado.

En este proceso, tenemos la convicción y el compromiso de coadyuvar con el gobierno federal para hacer frente a la situación ocasionada por la pandemia que ha arrasado al mundo entero.

A pesar de que algunos grupos políticos y económicos quieren que al Presidente Andrés Manuel López Obrador le vaya muy mal en la gestión de esta situación por demás anómala y atípica, la realidad es que los datos que comienzan a fluir desde el sector productivo ya son alentadores.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ya reportó que desde agostó comenzó la recuperación de empleos formales. Ya desde julio se detuvo la pérdida de fuentes laborales, en buena medida gracias a los apoyos que otorgó el gobierno del Presidente López Obrador, que se enfocó en dispersar recursos dirigidos a las micros y pequeñas empresas, además de personas que se encuentran en el sector informal. Esos son los sectores más vulnerables, y, por lo tanto, los que requieren de más atención.

Esas acciones, que velan por el bienestar de las personas con menos recursos, son las que han ayudado a mantener un clima de paz social, permitiendo que se enfoquen los esfuerzos del Presidente y de su gobierno en reducir los efectos de la pandemia de COVID-19.

No se vale que en este momento de contingencia esos grupos políticos y económicos sean insolidarios y egoístas, y que sólo vean por sus intereses; que día tras día redoblen sus ataques, simplemente porque no pueden superar el hecho de que la voluntad popular se decantó por un proyecto que ve por los intereses de todos y no de unos cuantos.

Los nostálgicos del antiguo régimen, marcado por la corrupción, la impunidad y el saqueo de la riqueza del país, ahora se muestran incapaces de reconocer la gestión que se ha hecho en estos meses.

Desde el Senado de la República desplegaré todas mis energías para ofrecerle a la población las herramientas necesarias para salir adelante en estos momentos complicados. Desde el movimiento del que formo parte hay un compromiso para hacer realidad los postulados por los que votó la ciudadanía.

Tenemos que arrimar el hombro todos. No es momento para el divisionismo, sino para empujar parejo, sin fisuras.

Por último, quiero destacar el frenesí que hemos vivido estos últimos días por la convocatoria que está sacudiendo a la sociedad mexicana.

Hemos vivido un par de semanas extraordinarias, ante la contundente respuesta de la gente que se ha aproximado a las plazas públicas donde se han instalado las mesas receptoras de las firmas, con las que se dará forma a la solicitud de consulta popular, en la que se preguntará a la ciudadanía si está de acuerdo en llevar a juicio a los últimos cinco ex presidentes de México.

Es nuestro deben cívico y moral apoyar esa petición de consulta popular. No me cansaré de decir que se trata de un acto de justicia. La razón está de nuestro lado.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here