En el marco de una gira virtual en Alemania, Misereor, la Oficina Ecuménica por la Paz y la Justicia de Munich y la Coordinación alemana por los derechos humanos en México, demandan a las empresas asumir su responsabilidad e implementar medidas que garanticen la protección de la naturaleza y de las personas.
Mediante un comunicado de prensa, la organización internacional, que apoya al Centro “Fray Julián Garcés” en la lucha del saneamiento integral de la cuenca Atoyac-Zahuapan, señaló que las industrias radicadas en seis estados de la República Mexicana llevan décadas contaminando el agua, el aire y los suelos; lo que ha producido graves impactos en la salud de la población.
“Compañías alemanas, como VW y ZF, tienen plantas de producción en estas regiones y están bajo sospecha de haber contribuido a estos daños medioambientales y contra la salud”.
La petición se deriva tras la realización de la llamada caravana “Toxi-Tour”, en la que participaron integrantes del Parlamento Europeo, científicos/as y representantes de organizaciones de la sociedad civil, quienes visitaron el pasado año las zonas afectadas en México, entre ellos la cuenca Atoyac-Zahuapan en Tlaxcala y Puebla.
En el comunicado resaltan que la organización mexicana de derechos humanos “Centro Fray Julián Garcés“, lleva años denunciando la dramática destrucción del medio ambiente en Tlaxcala. Entidad junto con Puebla, México y la región de la capital forman las cuatro regiones industriales más importantes del país.
En tanto se menciona que de acuerdo a varios estudios académicos, por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), han evidenciado la relación directa entre los residuos industriales, la contaminación del río Atoyac y el aumento de los casos de varias enfermedades entre la población; quedando documentados enfermedades como cáncer, insuficiencia renal, abortos y malformaciones en los recién nacidos.
Asimismo, se externó que de acuerdo al toxicólogo Peter Clausing de la organización “México vía Berlín”, las compañías transnacionales cumplen en México menos normas medioambientales, por lo que es necesaria una ley que regule la cadena de suministros, tanto en Alemania como en Europa; “ya que las empresas alemanas deben garantizar, también en el extranjero, que no violan derechos humanos con sus actividades y que sus proveedores respetan los estándares medioambientales alemanes”.
Misereor expone que puede observarse un primer resultado positivo del “Toxi-Tour” del pasado año, donde se resalta la disposición del gobierno mexicano a trabajar en un plan para gestionar los daños producidos.
Por su parte, Alejandra Méndez Serrano, directora del “Centro Fray Julián Garcés“, destacó los resultados que han dado como resultado las conversaciones en Alemania, que han servido para evidenciar la dimensión internacional de esta problemática. Pues externó que Alemania y Europa son corresponsables de los daños al medio ambiente y a la salud en México.