Resulta que en México, la pandemia ocasionada por covid-19 no ha sido manejada tan bien como nos lo ha querido hacer creer el gobierno federal desde hace ya varios meses, pues recordemos que fue en mayo cuando el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, comentó que “sí funcionó el aplanar la curva… gracias a que se han tomado muy buenas decisiones” y que “ya se domó la pandemia”. La anterior aseveración, puedo realizarla sin temor a equivocarme, no solo basado en la lógica de haber rebasado hace ya varias semanas la “cifra catastrófica” de los 60,000 decesos previstos en el peor de los escenarios, por el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Dr. Hugo López Gatell, los cuales se contabilizan el día de hoy en la terrible cantidad de 106,000 fallecimientos (oficiales); sino también, porque el pasado 30 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que México está en una “mala situación” con relación a la pandemia, debido a que se duplicaron el número de contagios y fallecimientos entre mediados y finales de noviembre.

Como consecuencia de lo anterior, el propio director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a México “que se lo tome muy en serio”, debido a que “la situación es muy preocupante. Los números muestran que el país está en mala situación. Cuando suben los casos y también las muertes, es un problema muy serio, y pediríamos a México que sea serio”. Finalmente, remató señalando que “esperemos que todos los líderes den el ejemplo… es muy importante que sean muy claros en el uso de mascarillas. La gente requiere comunicación muy clara. Si lo que ven en un cartel, no lo cumplen las autoridades, hay confusión”.

Sin duda alguna, las palabras de Adhanom Ghebreyesus, aunque ríspidas, han sido necesarias para mandar un mensaje directo a las autoridades de nuestro país, pero también a la ciudadanía. En el caso de las primeras, porque desde el comienzo de la emergencia en México, se caracterizaron por minimizar la situación y promover la desinformación: como las distintas ocasiones en las que se mencionó que el covid-19 sería como una simple gripe; recordemos la carencia de protocolos claros de actuación, principalmente en el regreso parcial a distintas actividades; desde el gobierno federal, se emprendió una ridícula batalla en contra del uso del cubrebocas, negando en diversas ocasiones su utilidad, aún cuando este era recomendado por diversos expertos alrededor del mundo, pero lo curioso, es que casi no se atacaron otras medidas que no eran efectivas y que solo generaban que las personas bajaran la guardia y realizaran gastos innecesarios, como lo es el caso de los famosos e inservibles tapetes desinfectantes; o las ocasiones en las cuales el propio Presidente de la República actuó de manera irresponsable invitando a la ciudadanía a continuar asistiendo a los restaurantes y “seguir abrazándose”, pues no iba a “pasar nada”. Desafortunadamente, nueve meses después de la aparición del primer caso en México, vemos que sí está pasando y mucho.

En cuanto a la ciudadanía, el mensaje del director de la OMS, representa, en primer lugar, un llamado a desconfiar del ridículo optimismo que emana del gobierno en relación a la pandemia, a través de las mañaneras y distintas conferencias “informativas”; pero también, es un llamado a asumir nuestra responsabilidad como individuos, porque es más que obvio que en los últimos meses, los mexicanos hemos aligerado las medidas de seguridad, tendencia que sin duda alguna es peligrosa, sobre todo si tomamos en cuenta que estamos próximos a las celebraciones navideñas, época en la cual la movilidad y las reuniones numerosas en espacios cerrados son más comunes de lo normal. Sin duda alguna, vale la pena hacer caso a esta llamada de atención por parte de la Organización Mundial de la Salud. Hoy más que nunca, es necesario continuar con las distintas medidas de cuidado frente al covid-19.

Jfernandoesru22@live.com.mx

Twitter: @JUANFERESPINO

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