El té verde es una planta que pertenece a la familia Téacea originaria de la cultura oriental, es consumido desde más de 5,000 años en países como China y Japón es gracias a la antigüedad de consumo alcanzo una gran popularidad y comenzó a ser usado en todo el mundo.
Entre las características más distintivas del té verde es que a diferencia del té negro no se deja fermentar cuando es procesado, por lo que conserva sus ingredientes activos y su sabor suave, conservando sus propiedades antioxidantes.
¿Cómo cultivarlo en casa?
Para cultivar una planta de té verde nosotros mismos, es necesario tener un espacio que cuente con sol y sombra, un buen sustrato o tierra que sea de neutra a ácida. Es cierto que se pueden comprar semillas de esta planta, pero hay que ser pacientes pues tarda de dos a tres años en dar hojas.
Siempre será mucho más fácil comprar la planta con un tamaño pequeño o mediano y plantarla, se debe cavar un hoyo y plantarla sin presionar demasiado después humedecer la tierra y colocar una capa de composta orgánica que tenga entre 5 y 15 cm de altura.
Una vez plantada se debe cuidar de la manera correcta para que crezca lo más sana posible y de esta manera pueda conservar sus propiedades al momento de realizar un té o infusión con sus hojas.
Esta planta necesita agua en grandes cantidades para desarrollarse ya que de lo contrario puede secarse por la exposición al sol. Es importante regarla de dos a tres veces por semana.
El fertilizante es sumamente importante para que crezca fuerte y sana, debiendo agregar un fertilizante seco a medida que la planta crece, de preferencia cada sesenta días durante el verano.
La planta de té verde necesita una poda regular para mantenerse verde, controlando su forma y tamaño de esta manera dará una mejor cosecha.