Esta conmemoración tiene su origen un día como hoy del año 1986, siendo proclamado por la Comisión Ballenera Internacional, en un principio se denominaba “Día Mundial contra la Caza de Ballenas”, pero con el paso del tiempo cambio para conjuntar ambas especies, teniendo como objetivo frenar la caza indiscriminada de estos animales que se encuentran en peligro de extinción.
Actualmente a pesar de que existen todo un conjunto de leyes con el objetivo de proteger a estas especies del daño generado por los seres humanos, existen países donde aun persiste su caza con fines comerciales lo cual demuestra lo poco que les importa este problema que afecta de maneras incalculables el equilibrio natural.
El problema de la caza indiscriminada de estas especies no es algo nuevo, de hecho los primeros intentos por controlar este problema datan de antes de la segunda guerra mundial, cuando los faeneros encargados de cazarlas se dieron cuenta que los números de la especie bajaban de forma significativa lo que en consecuencia ponía en riesgo su negocio.
Lo anterior ocasiono que la Liga de Naciones desarrollara el primer documento con respecto a este tema, sin embargo fue hasta 1972 durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, que se aprobó la primera moratoria de 10 años para frenar la caza de esta especie.
Sin embargo el problema continuo creciendo con el paso de los años y en 1986 la caza con fines comerciales fue prohibida por la Comisión Ballenera Internacional sumando a los delfines a la conmemoración pues estas especies sufren matanzas indiscriminadas en regiones como Japón.