Democracia y pobreza no son buenos amigos; por eso
la globalización promueve bajos salarios, desempleo y endeudamiento…
Pablo Hughes Reyes (Uruguay 1946).
LAS ELITES ATACAN POR ODIO O MIEDO;
por eso los llamados hombres “invisibles” desde el anonimato,
refugian su cobardía y avaricia dentro del reino
prostituyendo el humanismo, exprimen trabajadores y
estorban impunemente el conocimiento social y la justicia
(porque el poder quiere el “todo” a través del imposible absoluto de la corrupción…).
Por lo anterior:
No cleptocracia. No mediocridad. No nepotismo.
No sumisión. No exclusión.
Hermanos, no pereza, disminuir el miedo y asociarse los libertarios…!
Para la libertad no hay esfuerzo insignificante;
contra la cleptocracia, no hay enemigo pequeño (R.U. Guido Fawkes 1570-1606).
Centro de Estudios Eduardo Galeano.
Ciencia es independencia para la democracia en la historia, educación y economía”.
EL CONSUMIDOR “ZOMBIE” ACTÚA CONTRA SI MISMO Y MEXICO.
¿QUIEN es el “consumidor zombie”?: es la persona que actúa contra su salud y fortalece empresas depredadoras; disfruta el confort de la comida industrial acumulando elementos para lentas enfermedades. El cuerpo humano es un organismo racional de química y electricidad y, el consumidor zombie, irracionalmente prefiere dañinas “delicias de sabores”.
El consumidor es el “Rey del mercado”: no, súbdito. Actúa sumisamente cuando obedece la publicidad y compra mercancías basura apoyando la concentración de la producción, comercio y riqueza (3,000 empresas corporativas producen 50%/PIB, Walmart controla el 70% del mercado de tiendas departamentales y 1% de la población acumula patrimonio equivalente al 55%/PIB).
Asi, el “consumidor zombie” padece enfermedades industriales creadas convirtiéndose en miembro enajenado del “círculo de la economía emocional” contra: lo racional, la salud, contra México y el apoyo a las economías locales para la distribución de la producción, el comercio y la riqueza.
“Consumidor zombie” es quien en lugar de neuronas, libertad y voluntad, tiene un teclado para obedecer…
ALTO COSTO SOCIAL DE LA COMIDA “ZOMBIE-EMOCIONAL” (nota de Silvia Ribeiro, del Grupo Etc., con comentarios de Pablo Hughes).
Por cada peso que se paga en comida “industrializada”, pagamos otros dos pesos más por los daños a la salud personal, social y al ambiente que provoca el llamado sistema agroalimentario industrial (ver Grupo ETC 2017 https://tinyurl.com/6bwaa997).
La Fundación Rockefeller (engañando, ubicándose del lado bueno para las naciones) publicó un informe estadístico, que confirma la relación entre alimentos y salud en Estados Unidos. (True cost of Food, julio 2021, https://tinyurl.com/ezj93vva).
En ese país, la población gasta anualmente $1.1 billones de dólares en comida (1/20 parte del PIB/EUA). Sobre eso, hay que agregar los gastos generados de producción, distribución y venta de “comida industrial/dañina para confort emocional” relativa a la salud, daños ambientales, erosión de suelos, contaminación de agua, deforestación, destrucción de la biodiversidad y emisión de gases causantes del cambio climático, así como costos sociales del prohibido trabajo infantil, salarios de hambre, enfermedades laborales y falta de beneficios correlacionados, sumando $2.1 billones de dólares adicionales (equivalente al PIB/Mx). Costos que son pagados por el gobierno, es decir por la propia población (cada envoltura en la basura la paga el “consumidor/zombie”).
De ese total de $2.1 billones de dólares anuales de gastos que genera la cadena agroindustrial, los de atención a la salud, daños ambientales a la biodiversidad representan el 99% (que el “consumidor zombie” favorece aun contra su propia salud y el medio ambiente).
Es un subsidio invisible a las empresas trasnacionales que dominan la cadena agroalimentaria industrial para seguir produciendo alimentos transgénicos, con agrotóxicos para ampliar los gigantescos criaderos de cerdos, pollos y vacas que provocan epidemias, deforestación, contaminación de aguas y destrucción de biodiversidad en la tierra-agua-aire-flora, para seguir con la producción de alimentos ultra-procesados con exceso de grasas, sal y azúcares, que las empresas llenan de conservantes, colorantes y otros químicos para que soporten largos transportes y mayor tiempo sin mostrar pudrición en supermercados engañando con sabores artificiales y adictivos a los “consumidores zombies”.
Además de otorgar cuantiosas ganancias a las trasnacionales, el sistema agroalimentario industrial está ligado a las principales enfermedades que son causa de muerte.
Un informe de la OMS (diciembre 2020), muestra que de las 10 principales causas de muerte, 7 son enfermedades no trasmisibles (no contagiosas) sino construidas en el tiempo. Las principales son enfermedades cardiovasculares (exceso de colesterol), hipertensión, varios tipos de cáncer digestivos y enfermedades renales.
La diabetes, dolencias y muerte aumentó 70% globalmente (2000-2019 y representó 80% como causa de muerte entre hombres; https://tinyurl.com/4xkz9yya). Todo esto dentro de una pandemia global de obesidad, desnutrición y malnutrición que sufre más de la mitad de la población mundial (casi 4,000 millones de personas o 10 millones de mexicanos como segunda causa de muerte y 6º lugar mundial).
Solo 24% de las principales causas de muerte global son enfermedades contagiosas, y de ellas, más del 66% son de origen zoonótico originadas a partir de la cría industrial amontonada de animales (ejemplo la gripe aviar y la gripe porcina H1N1).
Una de los mensajes de esta pandemia es: la estrecha relación entre alimentación y enfermedades creadas (las empresas se enriquecen y los gobiernos aumentan sus presupuestos de salud). Hipócrates (Grecia 460 aC-370 aC): «Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina».
La mayoría de los casos de muerte con Covid-gripa 19, han sido personas con obesidad, diabetes, hipertensión, problemas cardiacos, colesterol alto, otras afecciones cardiovasculares, edad avanzada y problemas respiratorios.
En pocas décadas se ha globalizado el consumo de comida industrializada-chatarra provocando una crisis de los sistemas inmunológicos de la gente y los animales, que nos debilita frente a nuevas enfermedades infecciosas.
Esta situación es aún peor en México. En 2019, “El Poder del Consumidor” reportó que 89% de las defunciones fueron por problemas de salud, con un alto porcentaje de obesidad, diabetes e hipertensión.
México es donde más se vende comida ultra-procesada-chatarra-basura y refrescos azucarados en América Latina (https://tinyurl.com/nhv6yvbk).
Es un tema no individual, sino sistémico y debe enfrentarse como tal. El sistema alimentario “agroindustrial”, desde las semillas al plato y boca, es un generador de enfermedades y es causa mayor de destrucción ambiental y pese a ello, el “consumidor zombie” fortalece a las empresas que lo manipulan pagando el triple del costo de la comida natural-sana.
Son las mismas empresas Mx que hoy están en litigios judiciales contra el decreto gubernamental que las obliga a buscar alternativas sanas de alimentación, pero que con corrupción defienden las empresas dizque su “derecho” para seguir envenenando nuestros alimentos en complicidad con el prostituido poder judicial.
Por la salud de la gente y los recursos naturales (agua, tierra, aire, flora, fauna) tenemos que negar la producción de esas mercancías para recuperar nuestro sistema alimentario sano, sin químicos, basado en la producción campesina, mercados locales con comida que alimente en lugar de enfermar y además eliminando la concentración de la producción, el comercio y la riqueza. Y las universidades que hacen por la salud colectiva y de sus estudiantes si, en sus interiores venden alimentos “basura”?! Usted que opina?!
Condado Tlapancalco/Metepec, Tlx-Mx.