Para enero del siguiente año se prevé la mayor cantidad de frentes fríos, mientras que, climatológicamente, los estados más afectados por la disminución de temperaturas son Tlaxcala, la Ciudad de México, Chihuahua, Durango, Estado de México, Puebla y Zacatecas.
Así se informó durante la videoconferencia de prensa ofrecida por el director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Germán Arturo Martínez Santoyo; la coordinadora general del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Alejandra Méndez Girón; la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, así como el gerente de Aguas Superficiales e Ingeniería de Ríos de la Conagua, Heriberto Montes Ortiz.
Germán Martínez Santoyo señaló que el inicio de la temporada de frentes fríos o sistemas invernales en México comienza en septiembre y termina en mayo. Durante esta temporada, detalló, las masas de aire frío de Canadá y Estados Unidos se desplazan a nuestro país, provocando descensos marcados de temperatura, vientos fuertes y lluvias, y cuando están en el litoral del Golfo de México, oleaje elevado.
En relación con la transición de verano a otoño, la coordinadora general del SMN aseguró que se deben extremar precauciones, ya que cuando las masas de aire frío chocan con los ciclones tropicales, modifican su trayectoria y en ocasiones se vuelven estacionarios, lo que puede generar una gran cantidad de lluvias sobre un punto específico y generar inundaciones y deslaves.
Laura Velázquez Alzúa señaló que a través del Centro Nacional de Prevención de Desastres se difunde la información necesaria para contribuir a que tanto las autoridades locales como la población en general actúen en caso de emergencia. Asimismo, apuntó, se cuenta con el sistema de alertamiento temprano, el cual permite iniciar los operativos de manera anticipada a cualquier emergencia.
Entre las recomendaciones generales, la coordinadora nacional de Protección Civil sugirió a la población estar atenta de los avisos que se emitan, abrigarse lo suficiente, alimentarse sanamente, mantener ventilación adecuada en caso de usar calefacción, evitar conducir o transitar por carreteras resbaladizas, así como proteger a las mascotas, el ganado y las plantas.