Muchos factores determinaron la conquista de los mayas durante los siglos XVI y XVII. Entre ellos destacan la superioridad tecnológica de la que eran poseedores los españoles, por otro lado, la utilización de bestias, como el caballo y el perro para atemorizarlos. Uno más, pueden ser los procedimientos sanguinarios de conquista, producto muchas veces, de la ambición de poder y riqueza. Pero existió otro factor de gran importancia para la conquista, la distinta concepción que del mundo tenían los mayas, fue la concepción del tiempo tenían los mayas como un proceso cíclico.

La creencia de que un suceso podía repetirse después de determinado tiempo, pero no idéntico al pasado, ni con los actores, sino la repetición del modelo o sentido de dicho acontecimiento constituyó un factor importante dentro de la conquista maya, en particular de la península de Yucatán a través de la conversión de los itzaes.

Coexistieron varios factores de carácter ideológico que definieron la conquista de los mayas. Tal vez el más influyente, en particular para los mayas peninsulares y dentro de estos se comprende a los itzaes, fue la concepción cíclica del tiempo. En la época de la conquista, los mayas tenían un concepto cíclico del tiempo que expresaban por medio de un sistema calendárico constituido por tres ciclos temporales.

El hecho de que el tiempo no fuera interpretado en forma lineal, como en la actual concepción occidental, significaba para los mayas la posibilidad de conocer su futuro, pues en realidad éste era su propio pasado. La profecía, pues, era un factor concordante con el comportamiento en la vida de los itzaes.

Los mayas creían en la reiteración constante de la historia, en que los acontecimientos de un ciclo se repetían en todos los ciclos sucesivos como lo habían estado haciendo desde tiempos inmemoriales. Por ende, el calendario podía usarse para predecir hechos futuros y los seres humanos no tenían ningún dominio sobre su destino.

Tal vez los mayas no tenían la posibilidad, dentro de su concepción del tiempo, de intervenir en el devenir de los hechos históricos, pero en lo que si tenían posibilidad de intervenir era en su propio calendario para que los sucesos, que en primera instancia quedaran desfasados del tiempo provisto por sus predicciones, fuera corregido.

Existen por otra parte algunas pruebas de que los mayas intervenían en la historia para hacer que los acontecimientos coincidieran con sus profecías. Este acto es de indudable defensa de una ideología y denota la importancia y creencia indiscutible que los mayas tenían con respecto al cumplimiento de su historia. Quizá el sentimiento de sentirse protegidos, por el simple hecho de conocer su futuro, fue la causa por la cual los mayas adoptaron esta concepción. Esta situación no les brindaría una concepción lineal del tiempo, en donde su futuro es enteramente incierto.

En el caso de los itzaes y de la conquista, existía una fecha simbólica que estaba relacionada con acontecimientos difíciles en su historia. El Katún 8 Ahau fue determinante en la dirección que tomó la conquista en la península de Yucatán. Si bien el accidentado terreno de la zona ocupada por estos mayas y la espesa selva que les servía de escondite constituyeron un obstáculo a vencer por los españoles, ya que una vez que se instalaron e iniciaron la conquista de la zona maya, encontraron este factor del tiempo muy útil para su causa.

Después del viaje en que Grijalva toma posesión de Cozumel en nombre de la corona española y el viaje de exploración organizado por Cortés desde la Habana, en 1519, a Francisco de Montejo se le ordena la pacificación de los mayas en 1527. En el primer intento logra someter buena parte de la península. Durante el segundo, 1531-1534, somete una región de Tabasco y con mucho trabajo Chetumal, hasta que, cuando estaba a punto de consumar la dominación total de la península, sus hombres lo abandonaron para ir en busca de las riquezas del Perú.

A Francisco de Montejo “el mozo” le tocó concretar lo que los españoles consideraron la conquista de Yucatán, después del sometimiento de Uaymil-Chetumal. Pero los mayas continuaron con la resistencia. Otro levantamiento que se originó en 1546 fue replegado hacía la zona del Petén Itzá, donde transcurrirían otros 150 años antes de ser sometidos. La conquista se trasladó al aspecto ideológico, donde los españoles intentaron cambiar el paganismo maya por el cristianismo, pero estos se resistieron a perder su ideología.

La firme creencia en sus profecías hizo que los mayas resistieran la conquista hasta que el momento indicado llegara. Así fue como el intento realizado por fray Diego Delgado en 1621 por evangelizar a los mayas terminó con su captura y muerte. Así pues, al comprender esta situación no fue sino hasta el año de 1695 cuando se intentó tomar provecho. En una expedición al Petén Itzá de fray Andrés de Avendaño y Loyola y del gobernador interino de Yucatán, Martín de Urzúa y Arismendi, fue que se intentó explotar esta ventaja que les presentaba la noción del tiempo maya. Durante su encuentro con un grupo indígena de Tayasal a cuya cabeza se encontraba el rey Canek, los representantes españoles utilizaron con inteligencia las profecías que los mayas tanto defendieron.

En esta misión se logró bautizar a cientos de indígenas y, aunque algunos pueblos intentaron atacar a los españoles, tuvieron que huir hacía Mérida con ayuda de Canek. La disposición a la conversión se afirmó cuando una embajada de itzaes, encabezada por el sobrino de Canek fue a Mérida a informar a Urzúa que había llegado el momento de convertirse al cristianismo.

De esta forma se puede observar la importancia que tuvo la concepción del tiempo en el sometimiento de los itzaes. Si bien, los mayas peninsulares presentaron resistencia a la cristianización, la conversión respondió a la creencia profética producto de su concepción del tiempo. Los itzaes, pues, sólo esperaban a que el tiempo establecido por su historia fuera el adecuado para someterse al dominio español.

En este sentido, llamar conquista al sometimiento de los itzaes es cuestionable pues respondió no a la fuerza española, ya sea de las armas o de las ideas, sino a su propia ideología. Así, para alcanzar una comprensión cabal de lo que fue la conquista maya no hay que enfocarse únicamente en los esfuerzos que realizaron los españoles para lograrlo, sino también tomando en cuenta las facilidades de carácter ideológico que encontraron.

Finalmente, para comprender la forma en que se dio el dominio español en la península de Yucatán, es necesario tomar en cuenta que no solamente el mayor poderío tecnológico, la violencia en los enfrentamientos y el dominio ideológico por parte de los españoles, determinó el sometimiento maya. Uno de los factores de mayor importancia se encontraba en la propia concepción del mundo que tenían los mayas, más que del esfuerzo de los conquistadores españoles.

La creencia en un tiempo cíclico en el devenir hacía imposible al maya alterar un destino ya trazado. Los sucesos que de tiempos inmemoriales se venían dando, necesariamente se repetirían y el Katún 8 Ahau, que históricamente resultó trágico para los itzaes, tendría necesariamente que volver a suceder. Los españoles tardaron en comprender este elemento, lo cual ocasionó la muerte de muchos, como fray Diego Delgado, muerto en el intento por implantar el cristianismo en el momento que no era el indicado por las profecías. Fue hasta finales del siglo XVII cuando los mayas itzaes fueron sometidos, pues fue el momento era el indicado y era imposible ser alterado por los hombres.

En este sentido, el llamar conquista a la conversión de los itzaes sería cuestionable, pues lo que determino su caída y tuvo mayor peso fue la concepción maya del tiempo, más que las propias acciones de los españoles.

Luis Manuel Vázquez Morales

luis_clio@hotmail.com

@LuisVazquezCar

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