Dentro de un contexto histórico, el mayor genocidio del que Tlaxcala a sido participe es el que ocurrió como consecuencia de la conquista, pues en la actualidad se reconoce que los actos que se llevaron a cabo para lograrlo pertenecen a este contexto: masacres, esclavitud, conversión forzada e incluso el uso del termino “pueblo indígena” para diferenciar a los nativos forman parte de esto.
Las masacres, guerras, enfermedades y el sistema de trabajos forzados fue el responsable de la muerte de más de 50 millones de indígenas en la región ya que en muchos casos exterminaban a pueblos completos.
Con el tiempo el genocidio se ha considerado uno de los crímenes más atroces que se pude cometer pues en el se acaba con un grupo entero de personas a causa de factores como: etnia, raza, religión o nacionalidad.
En el contexto nacional probablemente el delito de esta índole que se recuerda con facilidad es “La masacre de Tlatelolco”, evento del que se presume actualmente no se tiene el número exacto de víctimas y cuyo recuerdo sigue intacto en la memoria nacional.
A causa del gran número de muertes que esta clase de actos cobra a nivel mundial, en septiembre del 2015, la ONU decidió convertir el 9 de diciembre en el Día Internacional para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Genocidio y para la Prevención de este crimen, como una forma de recordar la convención firmada en 1948 sobre este tema.
Por medio de esta conmemoración la ONU pretende captar la atención de los países miembros para que presten una mayor atención a las diferencias que suelen estar presentes dentro del entorno social y luchar por minimizarlas o transformarlas en una ventaja para aquellos que se consideran oprimidos.
Como parte de la sociedad todos los individuos tienen la tarea de reconocer que la diversidad es lo que ha marcado la diferencia y la evolución de la humanidad por lo que los actos genocidas representan un grave retroceso social.
