Por: el Psicólogo Carlos Muñoz

Ante los aumentos exponenciales debido al virus Sars. Cov. 2 (Covid-19) en su cuarta oleada, nos hemos encontrado ante diversas situaciones un tanto curiosas, medidas que el Gobierno de Tlaxcala ha intentado implementar como una forma de detener los contagios y preservar la salud entre la población que ya se encuentra vacunada, pero como esta columna es sobre Salud Mental, analizaremos un poco acerca de, qué afectaciones o implicaciones negativas podría tener el no contar con nuestro famoso, certificado de vacunación.

Lo primero que debemos analizar es que, pase lo que pase, somos mexicanos, y a nosotros ni un muro fronterizo nos puede detener, con esto no quiero defender la idea de que andar burlando la ley sea algo recomendable, otra cosa que nos caracteriza en general como mexicanos es nuestro talento natural por dejar todo al último, así como nunca tener a la mano nuestros documentos oficiales (aclaro, no todos somos así), y todo esto no lo digo nada más porque se me ocurrió, únicamente estoy haciendo una breve recapitulación de puntos tocados en el libro: “Psicología del mexicano” de Rogelio Díaz Guerrero, pero bueno ya me estoy desviando del tema, a lo que quiero llegar es que, todas estas variables previamente mencionadas, mezcladas con nuestra conocida creatividad (las famosas mexicanadas) dan como resultado las situaciones más graciosas e irresponsables, las cuales hacen exactamente lo opuesto a lo que inicialmente las medidas buscan, que es detener los contagios y cuidar a quienes ya se vacunaron.

Y vas a pensar, Pero Carlos, ¿por qué haces dos clasificaciones las cuales no tienen nada que ver? Ahí te van las razones, es gracioso porque te encuentras con un buen de tipos de personas y solo basta con detenerse a observar un poco para identificarlos, van desde los que se quieren meter a los centros comerciales sin que las personas que están en la puerta los vea (obvio porque no llevan su certificado), los que hacen que lo olvidaron, los que no lo han tramitado porque hasta para eso, el sistema para hacerlo está saturadísimo, pero eso será, para otra columna, los que culpan a sus esposas porque se supone que ellas deberían de andar cargándolos, hasta los que de plano ni se vacunaron y ni tienen pensado hacerlo, sinceramente a mi me importa poco lo que cada quién haga con su salud, veo personas indignadas porque hay muchas otras que no quisieron recibir su vacuna por “x” o “y” razón, y después de despotricar todo su odio en redes sociales, tiran su cigarro al suelo, lo pisan, mientras su cubrebocas está sobre su papada y dicen: “Chale, por culpa de los que no se vacunan, todos estamos en peligro” Cada quien se mata a su manera.

Ahora que medio repasamos lo gracioso, vamos con lo peligroso, y es que el instalar módulos para poder descargar tu certificado de manera gratuita (que en el fondo tiene una buena intención) lo único que provoca es que toda la gente se esté aglomerando afuera de todas las plazas comerciales, porque seamos sinceros, ahí es el único lugar en donde te la piden para poder ingresar y tal vez en uno que otro negocio pero es muy raro, ya que nadie está en condiciones como para dejar que los clientes se vayan así como así, y eso me lleva a regresar al punto de la ventaja de ser mexicano, y es que con presentar el comprobante de otra persona, una foto de mala calidad, o bien algún comprobante falso, puedes entrar, porque seamos sinceros, nadie de los que están en las puertas de las plazas comerciales tiene la paciencia para lidiar con todo el tipo de personalidades antes descritas.

Así que, sumándole a el siempre andar cargando cubrebocas (y no, los de tela no cuentan como cubrebocas) gel antibacterial, hacer largas filas guardando “la sana distancia” para después ya adentro de la plaza andar caminando hombro con hombro con las personas que momentos atrás estaban lejos, ahora tienes que sumarle el nunca olvidar tu certificado de vacunación, y llevar buena paciencia y actitud por si te toca echarte un round con los vigilantes, quienes no tienen fama de ser precisamente muy amables, y así hasta que se pase el furor de exigirlos para entrar, y aquí es donde me gustaría preguntarte a ti, si nadie tuviera el certificado y por ende no pudiéramos acceder a las plazas, ¿En qué tiempo crees que los empresarios dejarían de solicitarlo?

Puedes enviarme tu respuesta por mensaje directo a mi página de Facebook o Instagram, me encuentras como Psicólogo Carlos Muñoz, estaría chido conocer tu opinión, y recuerda que al momento de empezar a escribir esto siempre pienso en que puedo estar equivocado, nos saludamos la siguiente semana, cambio y fuera.

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