Por: el Psicólogo Carlos Muñoz
Y es que no me van a dejar mentir, el sentirse enamorado es de las sensaciones más chidas que podemos experimentar, nos sentimos poderosos, animados, prácticamente invencibles, y lo peor de todo es que creemos que esta sensación nos va a durar toda la vida, pero como seguramente ya se lo están imaginando, eso no es posible, por lo menos no físicamente, el enamoramiento es un proceso temporal, tal como lo llega a ser un partido del deporte que más te guste, una buena borrachera o una erección, así tal cual para que me entiendas, tiene un inicio, un punto cumbre y un final, y si tú crees que contigo será una ocasión especial, déjame romper diplomáticamente tus ilusiones.
El tema de esta columna gira en torno a: ¿Por qué fracasan las relaciones amorosas?, y es que, si tú estás leyendo esto, es porque probablemente hayas o te hayan roto el corazón en al menos una ocasión (lo más seguro es que te lo hayan roto, sino estarías leyendo algo como: “Cómo romper corazones sin sentir remordimiento”), y otra vez no me dejarán mentir, pero que te rompan tu corazoncito es de las peores sensaciones que podemos experimentar los humanos, ya que nos veremos de frente al rechazo, la pérdida, la frustración de que las cosas no hayan podido salir como hubiésemos querido (o idealizado)
Lo primero que necesitas saber es que un simple mortal como yo, no tiene la respuesta adecuada a por que las relaciones amorosas muchas veces no llegan a más, es más, dudo que alguien la tenga (y si alguien anda por la vida pregonando tenerla, probablemente estés a punto de experimentar algún tipo de fraude financiero o emocional), así que me limitaré únicamente a mencionar algunas variables que considero que pueden influir a que esto pase, o en su caso, que no pase, no sin antes recordarte que mucho depende de la intensidad emocional de cada persona, su estilo de crianza, sus miedos, complejos y demás situaciones que favorecen o dificultan la interacción social y/o emocional.
- La comunicación
El proceso de comunicación consta básicamente de 3 elementos, el primero es el locutor, el segundo es el receptor y el tercero es el mensaje, todo parece sencillo hasta ahí, ya que técnicamente una persona envía un mensaje, la otra lo recibe e interpreta, y devuelve otro de vuelta (suponiendo que el mensaje sea claro), pero aquí nos vamos a encontrar con mensajes en los que queremos que nuestra pareja adivine lo que queremos sin siquiera decirlo, tipo: “ Uy, qué calor hace” cuando en realidad lo que queremos decir es: Amor, ¿puedes abrir la ventana por favor? Y aquí es donde se la cosa se va pintando color de hormiga, ya que el no hablar de manera concreta, deja espacio a la especulación, la manipulación o el deseo de siempre querer tener la razón, otros factores que influyen son la entonación, el volumen y el uso o no de comentarios irónicos o sarcásticos, pero todo esto será, para otra columna.
- Monotonía
Para poder ilustrar esto vamos a hacer un ejercicio, imagina tu comida favorita, ¿Ya lo tienes? Ahora imagina que esa será la comida que tendrás que comer por el resto de tu vida, tal vez al inicio eso te parezca una buena idea, sin embargo si lo piensas detenidamente, si haces eso probablemente terminarás odiando lo que ahora te derrite de placer, lo mismo pasa con algunas relaciones, muchas veces el hacer las cosas de la misma manera siempre, puede provocar una sensación de estancamiento por alguna de las partes si no es que por las dos, y en esta etapa es donde es muy probable que existan las infidelidades, aclaro, esto no quiere decir que sea igual para todos, ni justifico las situaciones, solo intento explicar el porqué de las cosas, lo mismo sucede cuando llevas una vida en la que comes lo que quieres, en la cantidad que quieres y a la hora que quieres, y de la noche a la mañana se te ocurre ponerte a dieta, en ese momento empezarás a sentir deseo incontrolable por la comida que ahora no puedes comer, y estarás buscando el mínimo pretexto para comerlo, ya que esto te representa placer.
- Control
Nos han enseñado desde pequeños que todo lo debemos tener bajo control, o por lo menos nos lo disfrazan de organización, lo que no nos enseñan es a cómo tenemos que reaccionar cuando las cosas se salen de control, todos conocimos cuando éramos pequeños a algún niño o niña a el que sus papás le deban todo, los cuidaban de tal manera que evitaban que cualquier cosa les podía pasar, porque el hecho de que a un niño le vaya mal, es socialmente visto como un fracaso para los padres, es cierto, a esto se le llama: sobreprotección, muchas veces nuestros padres nos cuidan de manera excesiva bajo el argumento de que, “lo hacen por nuestro bien”, cuando en realidad no se dan cuenta que, el no dejar que nos tropecemos de vez en cuando nos evitará saber de que estamos hechos, al punto al que quiero llegar es que, hablando de relaciones amorosas, también existen conductas nocivas que tenemos hacia nuestras parejas, las cuales disfrazamos con un: “es que me preocupas” “lo hago porque te amo” “no sé que haría si tu me faltaras” cuando en realidad lo que buscamos es tener todo bajo control y justificar nuestras conductas disfuncionales porque esto fue lo que aprendimos en casa (no necesariamente debe ser así)
- Desconfianza
Antes si le mentíamos a nuestras parejas sobre nuestro paradero, era mucho más complicado que pudieran saber realmente en donde estábamos, con la llegada de la tecnología todo esto cambió, ya que ahora la evolución digital trajo consigo nuevas maneras de intentar calmar nuestras ansias y desconfianzas, el decir: “mándame tu ubicación en tiempo real” “hazme video llamada” “¿por qué le diste like a tal o cual foto? esto para empezar ya son conductas conocidas como red flags, pero al llevarlas a la práctica nos podremos dar cuenta que lo único que ocasionan es que siempre queramos más y más.
Estas son algunas de tantas variables que conocemos e identificamos en otras relaciones y en las propias, el tema es basto así que no se puede abarcar todo en una sola columna, estamos dejando de lado situaciones como la familia del novio a de la novia, violencia, abusos de sustancias y algunas otras conductas que hasta podrían entrar en la clasificación de patologías, todo esto tiene solución si se detecta a tiempo, existe disposición por ambas partes y se ayudan por profesionales capacitados en el tema, por esta ocasión lo dejaremos acá, sin embargo, si uds lo desean, podemos tener una segunda parte, recuerda que si quieres participar en la elección de los temas, se está subiendo una encuesta semanal a la página de Instagram, me encuentras como @psicologocarlosmuñoz, ahí me puedes decir que te parece el trabajo que acabas de leer, y recuerda, puedo estar equivocado.