Por: El Psicólogo Carlos Muñoz

Todo inicia cuando no suena el despertador por la mañana, resulta que la noche anterior tenías tanto sueño al acostarte, que no te percataste que lo que hiciste en tu celular fue escribir números en tu calculadora en lugar de programar la alarma, por si eso no fuera poco, tu cuerpo decide pasarse de largo, a diferencia de los días que sabes que no tienes nada que hacer por la mañana y te puedes dar el lujo de dormir hasta tarde, ahí nada más tu cerebro se enciende mucho tiempo antes de tu hora habitual de despertar, y te bombardea con pensamientos que regularmente son catastróficos o pendientes que no has atendido (Ansiedad creo le llaman)

No llevas ni un minuto despierto y ya sabes que tu bono de puntualidad y asistencia del trabajo que tanto estuviste cuidando durante el mes, se acaba de esfumar, pero eso no te va a arruinar el día, sabes que en la vida existen situaciones adversas, mismas que deberás sortear con buena actitud, te dispones a alistarte para irte a trabajar, y justo a medio baño, el agua decide que es buen momento para terminarse, y tú, a media enjabonada, ya ni te quiero explicar el lenguaje floreado que empiezas a utilizar en ese momento, como puedes terminas tu baño y piensas: “igual y un café podría mejorar un poco la situación” ¿Pero qué crees? Sí, así como te lo puedes imaginar, se terminó el gas, en resumen, nada te está saliendo bien el día de hoy, ya para terminar sales rumbo a tu trabajo, y tu trasporte que pasa cada 20 minutos te acaba de dejar, por lo cual tendrás que estar ahí un rato sin nada que hacer, cuando por fin pasa el siguiente camión, te das cuenta que viene más lleno banco en quincena, llegas a tu trabajo y justo ahí recuerdas que es sábado. “los sábados no trabajas”

Para este momento ya debes de estar preguntándote, por qué a ti te pasan esas cosas, intentas hacer memoria, a ver si por allá de los años 2000 olvidaste reenviar una cadena de la buena suerte y fue esto lo que te provocó dicha serie de desgracias, o tal vez si el día anterior pasaste por debajo de una escalera o se te atravesó un gato negro en tu camino, tiraste la sal a la hora de la comida o rompiste un espejo, simplemente no encuentras explicación lógica, te va tan mal en el trabajo, con tu familia, en el ejercicio, en la dieta, en el amor, vaya, con decirte que ni dormir bien puedes, en general sientes que tienes mala suerte en la vida.

Lo ideal sería que para este momento, te pudieras cuestionar sobre tu nivel y capacidad de organización, tu gestión y administración del tiempo y de los recursos con los que cuentas, para ver cómo podrías reestructurar algunos hábitos y rutinas y así evitar sentirte mal en todo momento, o en dado caso que sientas que no puedes solo, buscar ayuda profesional especializada (Psicólogos creo les llaman), sin embargo, a muy pocas personas les gusta tomar el camino adecuado, no digo sencillo, solo adecuado, en cambio de buscar esa alternativa, nos inclinamos por la opción de: realizarnos unas buenas limpias, comprar cuarzos, adquirir ropa interior de ciertos colores, que nos lean el tarot o el café, o realizar algún ritual relacionado con la abundancia y la prosperidad. Ojo, en ningún momento estoy diciendo que esto sea malo, soy fiel creyente de que cada quien haga lo que le haga sentirse feliz.

Sin embargo, lo que sí hacemos, ya sea de manera consciente o inconsciente es evadir la responsabilidad que tenemos sobre nuestras decisiones y aun más importante, sobre nuestra vida en general, porque es mucho más sencillo dejar que todo siga su curso y culpar a los astros de nuestros múltiples fracasos amorosos, o de nuestras relaciones familiares disfuncionales, asumiendo automáticamente el papel de “la vístima” pero eso será, para otra columna.

 Insisto, eso no es malo, siempre y cuando no nos cause incomodidad, y aquí es donde surge la pregunta del millón, ¿Es mala suerte o es responsabilidad mía?, te invito a que me dejes tus comentarios, me encuentras en Facebook e Instagram como @picologocarlosmuñoz, aprovecho para agradecerles a todos las recomendaciones y sugerencias de temas, tengan por seguro que iremos abordándolos uno a uno, nos saludamos la siguiente semana y recuerda, puedo estar equivocado.

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