En los últimos años se ha puesto de moda utilizar el término humanista para designar diferentes actividades relacionadas con la forma de actuar del hombre y las relaciones que establece en los diferentes contextos en que se desenvuelve. Es muy común escuchar, ¡Es una persona muy humana!, ¡él si es un maestro humanista!, solo por mencionar algunas de las frases que se utilizan de manera cotidiana. Pero realmente, a qué se refieren. Lejos de reflejar la condición de las personas, denotan el uso erróneo de la palabra humanista.
El termino humanista ha sido utilizado en varios ámbitos que ha venido a tener tantos significados, que resulta imposible saber a qué se refiere una persona cuando hace uso de esta palabra. Tal es la situación que, en muchas de las ocasiones, ya no importa tanto lo de humanista, sino la importancia que le reviste a la palabra que le acompaña, educación, maestro, etc.
Pero, qué significa, ¡es una persona muy humana! o dado el caso, ¡es un maestro muy humano! En sentido estricto, estas frases no existen. Gramaticalmente están mal escritas. No puede haber un ser humano que contenga la doble condición, persona y humano, por lo tanto, tampoco puede existir un maestro humano, porque ya lo es.
En consecuencia, la palabra humanista ha perdido su significado y se ha convertido en una etiqueta que invita a confiar en las virtudes de la palabra que la acompaña. Se ha llevado el término del ámbito de las humanidades, área para la que fue creado, al plano del humanitarismo o de la filantropía.
Ahora bien, conviene realizar una serie de aclaraciones que permitan entender la esencia del humanismo, así como del uso que se le da en la educación. El surgimiento del humanismo surge entre dos épocas de la historia de la humanidad, la Edad Media y la Edad Moderna.
Humanismo es un término relativamente reciente, pues aparece a principios del siglo XIX para designar a un tipo de educación escolar fundado en el estudio de las letras griega y latina, como producto del movimiento intelectual surgido durante el Renacimiento en Europa.
Durante esta época se designaba humanista a los hombres que se dedicaban a la enseñanza de las humanidades, es decir, a la enseñanza de los clásicos, la gramática, la retórica, la historia, la poesía y la filosofía moral. Ante esta situación, las humanidades, en una de las acepciones con la que las designa la Real Academia de la Lengua son. el “cultivo y conocimiento de las letras humanas”.
La situación de la educación actual recae sobre una serie de factores que inciden en el desarrollo de los niños y jóvenes. La globalización y sus efectos sobre la búsqueda de una comunicación universal para promover una educación para la paz, la solidaridad y el entendimiento. Otro factor es el progreso que han logrado las tecnologías de comunicación e información. La transmisión de la información se da de una manera vertiginosa que promueve diferentes cambios en todos los ámbitos de la sociedad. Los avances tecnológicos han satisfecho las necesidades de información, a tal grado que no han sido un factor decisivo en el fortalecimiento de la educación, pero ante la oleada de información y conocimiento, el hombre ha dejado de tener interés por aprender.
La visión humanista de la educación actual establece una serie de principios éticos y valores morales universales que deben constituir el fundamento de la finalidad y la organización de la educación para todos.
Se deben retomar los aspectos del humanismo con miras a lograr una educación integral de los alumnos, ya que en la actualidad la educación se pondera como unilateral generando estudiantes incompletos sin la vinculación efectiva de las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales.
Para lograr una educación integral se requiere de la armonía entre la comunidad escolar. Pero principalmente a los maestros se les deben exigir por lo menos dos competencias, una competencia intelectual y una competencia moral.
En palabras de Andrés Bello “todas las facultades humanas forman un sistema, en que no puede haber regularidad y armonía sin el concurso de cada una. No se puede paralizar una fibra, una sola fibra del alma, sin que todas las otras se enfermen”.
El planteamiento humanista aborda el debate sobre la educación más allá de la función utilitaria, se preocupa ante todo por la inclusión y por una educación que no excluya ni margine.
En el ámbito de la educación humanista actual, la función de los docentes sigue siendo primordial para facilitar un aprendizaje con miras a un desarrollo sostenible para todos. Esta situación tiene consecuencias a la hora de diseñar estrategias de enseñanza aprendizaje que favorezcan la adquisición del conocimiento y un aprendizaje significativo para el logro de las competencias.
Por tal motivo, ¿qué tipo de educación es necesaria en pleno siglo XXI, donde el avance vertiginoso de la tecnología cada día limita a los docentes? ¿Cuál es la finalidad de la educación en el contexto actual de transformación social? ¿Cómo debería potenciarse el aprendizaje?
Ante esta situación, ¿será necesario retomar las bases de la educación humanista? Para hacer más humana la educación, debe estar cimentada en una serie de valores éticos y morales universales y como lo plantea la Real Academia, es necesario volver al cultivo y conocimiento de las letras humanas.
luis_clio@hotmail.com
@LuisVazquezCar