Los besos tienen un gran peso dentro de cualquier relación filial o romántica, pues es el modo en que conectamos con quienes amamos de forma física y espiritual formando uno de los vínculos más intangibles pero poderosos de la humanidad.
El beso es uno de los gestos más antiguos de la humanidad algunos estudiosos del campo hacen referencia a que este gesto proviene como otras manifestaciones propias de la sociedad de los pueblos africanos.
Las primeras evidencias del beso datan de hace aproximadamente 4 mil años, dentro de algunos pueblos semíticos era un saludo habitual entre iguales, pero con diferencias; en la mano expresaba sometimiento, en la mejilla amistad y en la boca devoción.
Sin embargo también a contado con significados obscuros en la edad media las brujas besaban la imagen de un macho cabrío en representación del diablo lo cual le dio una connotación negativa ante la religión por mucho tiempo.
El significado sexual del beso se atribuye a las culturas orientales que siempre lo han visto como una manera de demostrar admiración, atracción o sumisión esto se demuestra en practicas antiguas como el kamasutra o Vatsiaiana.
Durante el siglo XIX con la llegada de corrientes artísticas como el romanticismo el beso fue visto desde la perspectiva de los sentimientos, hasta tal punto que se convirtió en un elemento estético.
Esto le otorga una función cultural al beso y lo convierten en una representación de unión entre personas convirtiéndolo incluso en un ritual.
En la actualidad cada trece de abril se rinde un homenaje a esta expresión de afecto por medio del Día Internacional del Beso ya que un día como hoy se registro el beso más largo de la historia en Tailandia.