Por: El Psicólogo Carlos Muñoz

Así es mis estimados lectores, estamos muy acostumbrados a que todo tiene que
ser blanco o negro, frío o caliente, izquierda o derecha, hombre o mujer, adentro o
afuera, y nos olvidamos que la vida está llena de matices, y que en algunas
ocasiones podemos transitar de un lugar a otro, y que eso no necesariamente nos
hace malas personas, pero probablemente muchos no estén listos para esta
conversación, y para terminar de amolarla, viene este Psicólogo tendencioso a decir
que cual salud es la más importante.

Hay una respuesta simple a este cuestionamiento, pero no la diré ahora (aunque
estoy casi seguro que la conoces), ya que primero me gustaría dar algunos
argumentos por los cuales se llega a esa conclusión y una guía simple para poder
prevenir, cuidar y atender nuestra salud de manera general; si de algo te sirve
podríamos ocupar la siguiente analogía, ¿Hace más daño no dormir bien o no
tomar agua? lo ves, no hay una respuesta correcta, y a simple vista podemos notar
que cualquiera de estos dos hábitos son dañinos, y la cantidad de malestar o
afectación dependerá de cada persona así como de la cantidad y persistencia de
este, de ese mismo modo podríamos decir que la salud es un proceso integral, en el
cual no importa cuál área es la que se vea minada, seguramente tendrá afectación
en algún aspecto de nuestro desarrollo, llámese emocional, social, biológico o
afectivo.

Utilizando esta misma línea de analogías te podría preguntar ¿Qué hace que un
auto no avance? ¿que no tenga gasolina o que esté desvielado el motor?
claramente las dos situaciones evitarían que el auto avance, sin embargo, una es
mucho más simple y económica que la otra, aún así, las dos te dejarían varado en la
carretera y dependiendo del lugar, la hora, las herramientas y el dinero que te
acompañe será el sufrimiento que tendrás; lo mismo pasa con nuestro cuerpo, en
muchas ocasiones no nos damos cuenta cuan importante son todas las partes que
lo conforman, hasta que una de ellas deja de funcionar de manera adecuada, si
tuviéramos que relacionarlo con el aspecto físico diríamos que cualquier dolor nos
impediría la movilidad y la concentración, por muy mínimo que este sea, ahora, si
fuera un dolor de cabeza, lo que también se alteraría sería nuestro nivel de
irritabilidad.

Del lado de la salud mental ocurre lo mismo (aunque aún no seamos tan
conscientes de ello y todavía existan muchos tabúes al respecto), el hecho de
no poder conciliar el sueño a la hora de dormirnos, o bien, tener dificultad para
levantarnos por la mañana debido a todo el mar de preocupaciones con las que
venimos cargando, o el pasar la mayor parte del día pensando en qué estará
haciendo nuestra pareja o con quién está que por eso no nos contesta, o morir de
angustia por no recordar si al salir de casa cerramos bien todas las puertas, tarde o
temprano nos va a pasar factura, lamentablemente es más complicado identificar
este tipo de afectaciones de pensamiento, emocionales y conductuales, debido a
que convivimos diariamente con ellas y en muchos casos llegamos a normalizarlas y
a justificar su origen y persistencia, teniendo el diálogo interno de que ahora que me
paguen iré a visitar al Psicólogo, aunque esto quiera decir que estoy loco, porque
eso fue lo que me enseñaron en casa, pero todo esto será, para otra columna.

La conclusión que ya conoces (o eso espero) es qué, la salud como lo mencioné
anteriormente, es un proceso integral, ojo, ES UN PROCESO, en el cual todo el
tiempo estaremos buscando alcanzarla, pero eventualmente enfrentaremos
complicaciones o enfermedades, que espero sean solo pasajeras, como una gripe o
un dolor de cabeza o estómago, en el caso de las salud mental sucede exactamente
igual, ahora puede que te sientas pleno en todas las áreas, sin embargo, no
estamos exentos de en un futuro padecer alguna crisis emocional, una sobrecarga
laboral, o una decepción amorosa, situaciones que probablemente puedas enfrentar
solo o sola, o bien podrías buscar la ayuda de un terapeuta para lograr regresar a tu
estado de bienestar.

Los tiempos modernos nos han llevado a querer remedios mágicos y milagrosos,
eso sí, a bajo costo, y creemos que aquello que nos tomó años romperse (me
refiero a lo emocional principalmente) se repare en un abrir y cerrar de ojos, justo
ahí es donde encuentran su área de oportunidad todos aquellos charlatanes que
carecen de ética profesional y preparación en el tema, ofreciendo tener la respuesta
a todos tus problemas, y que lo podrás hacer en una sola sesión (que por cierto te
costará el doble que todo tu proceso terapéutico).

Lo que escribiré a continuación probablemente te dolerá leerlo, en el caso
específico del cuidado de la salud física y mental no existen atajos, la clave es
simple pero no sencilla, te tienes que rodear de hábitos saludables, comer de
manera saludable, dormir bien, tomar agua, hacer ejercicio de manera regular,
cuidar tus pensamientos, rodearte de gente que aporte cosas positivas a tu vida,
alejarte de presiones que no son tuyas y demás cosas que podrían rayar en lo
obvio, pero que aun así no llevamos a la práctica, a veces sucede que tenemos
claridad con lo que sabemos que es bueno para nosotros, sin embargo, al momento
de llevarlo a cabo o antes, en el momento de la organización es dónde comenzamos
a fallar y ni siquiera sabemos por qué, para todo esto también puedes consultar a un
Psicólogo quién te ayudará con algunas técnicas para que mejores tu gestión del
tiempo y de tus actividades.

A lo largo de esta columna me verás haciendo énfasis en la importancia de solicitar
ayuda profesional, y con esto no quiere decir que lo tienes que hacer, en muchas
ocasiones he dicho que si tú cuentas con las herramientas, te puedes autogestionar,
pero cuando veas que las cosas se salen de tu control, aquí estaremos para tí, si así
lo deseas; si llegaste hasta esta parte de la columna no me queda más que
agradecerte, ya que gracias a tí es que sigo escribiendo semana con semana,
recuerda que puedes participar con la elección de los temas, me encuentras en
redes como @psicólogocarlosmuñoz, y si ya lo hiciste no te desesperes, ya los
tengo calendarizados, me despido recordándote que, puedo estar equivocado.

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