En años recientes la historiografía de tradición indígena de Tlaxcala ha cobrado sentido y reclamado un espacio en el discurso histórico con la finalidad de establecer líneas de investigación que permitan reconocer la vasta producción historiográfica de los siglos XVI al XVIII. En este sentido, la categoría denominada tradición histórica de Tlaxcala se ha definido como la forma en que los tlaxcaltecas plasmaron su idea de la historia permeando las tradiciones indígenas y las europeas.

De la producción historiográfica que existe en la actualidad destaca el Lienzo de Tlaxcala, documento que ha cobrado vitalidad con las recientes ediciones que circulan en el ámbito académico de Tlaxcala y México. Cabe mencionar que la edición que circuló por mucho tiempo y por la que se conocía, es la de Alfredo Chavero de 1892, misma que fue publicada en diferentes momentos. El caso contrario lo representa la copia de 1773 que se conserva en la Biblioteca Nacional de Antropología del INAH, documento que solo era conocido y consultado por los especialistas que se acercaban a este acervo.

De ser un documento cuyas ediciones se cotizan en cantidades desproporcionadas de dinero, que solo algunos pueden pagar, ahora circulan ediciones que lo colocan como una fuente de fácil acceso. De las tres ediciones que circulan desde el año 2016, ocupa un lugar privilegiado la que preparó la maestra Guadalupe Alemán, ya que ésta contiene la copia de 1773, la edición de Chavero de 1892 y la Descripción del mapa historiographo de 1779, realizada por Nicolás José Faustino Mazihcatzin Calmecahua y Escobar a petición de Diego García Panes.

En 2020 la Sociedad de Historia, Educación y Cultura de Tlaxcala publicó una edición digital de la copia de 1892, en la que unieron las láminas con la descripción que preparó Alfredo Chavero. Cabe destacar que esta publicación circula por medios electrónicos y redes sociales de manera gratuita, situación que ha permitido su difusión. Finalmente, hace unos meses se publicó la copia de 1773 por el Fondo de Cultura Económica, la Secretaria de Cultura, el INAH y el ITC, edición que fue coordinada por Baltazar Brito Guadarrama. En ésta se incluye como apéndice la Descripción del mapa historiographo de 1779. Cabe destacar que esta edición se adquiere de manera gratuita en Tlaxcala, particularmente, en el Centro de las Artes de Apizaquito.

En su conjunto, estas tres ediciones permiten comprender la estructura de este códice de tradición indígena que representa la interpretación de la historia de la conquista desde el punto de vista tlaxcalteca, mismo que sirvió como una relación de méritos ante el rey para reclamar una serie de privilegios que les prometió Hernán Cortés por apoyarle en la empresa conquistadora de México-Tenochtitlan.

Merece una mención especial el Proyecto Lienzo de Tlaxcala que pretende una reconstrucción de este códice considerando las copias, fragmentos, incluso falsificaciones, y demás documentos que conforman el Corpus Lienzo de Tlaxcala. Este proyecto es coordinado por el Dr. Federico Navarrete Linares del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

Alrededor del Lienzo de Tlaxcala se encuentra toda una gama de documentos que permiten comprender la esencia de la historia tlaxcalteca a partir de la conquista, mismos que deben ser analizados en su conjunto para reinterpretar el proceso histórico que inició con la caída de México-Tenochtitlan, para dar cabida a una nueva sociedad en la que los tlaxcaltecas se vieron en la necesidad de informar de manera constante a las autoridades en busca de beneficios.

Gracias a diferentes iniciativas, este documento regresó a Tlaxcala, lugar que lo conservó hasta el siglo XVIII. Con su difusión se pretende fortalecer el sentido de identidad para erradicar el estigma de la traición al demostrar, que lejos de ser traidores, los tlaxcaltecas fueron conquistadores, pacificadores y pobladores de buena parte del territorio del México actual y más allá de sus fronteras.

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