Diego Muñoz Camargo fue uno de los personajes tlaxcaltecas más influyentes del siglo XVI. Se le reconoce desde diferentes posturas, pero es necesario dar a la estampa cada una de sus facetas para comprender la importancia de su vida en los inicios del virreinato de la Nueva España en Tlaxcala.
Mucho se ha escrito sobre este personaje, pero aún quedan incógnitas sobre su vida y obra, por lo que, en el presente, se hará mención del consenso al que han llegado diversos historiadores con la finalidad de comprender la figura del historiador tlaxcalteca por excelencia durante el siglo XVI.
Diego Muñoz Camargo era mestizo, hijo de español e india. Él mismo da la referencia de ser hijo de Diego Muñoz Camargo, poblador y conquistador que llegó a la Nueva España con el funcionario Gonzalo de Salazar en 1524. Por el lado materno, fue hijo de la indígena Juana de Matlaxica o Juana de Navarra. Su fecha de nacimiento se calcula entre 1528 o 1529. Por la información que se encuentra en la Historia de Tlaxcala se pueden inferir algunos datos sobre su niñez y juventud. En ella se menciona que, acompañado de otros niños, hijos de españoles, se paseaba por la ciudad de México catorce años después de conquistada la tierra.
El ambiente español de la ciudad de México en el que se educó influyó sobremanera en él, ya que se llegó a sentir más español que indio, como lo indican sus menciones al referirse a los españoles como “los nuestros”.
Desde muy joven estuvo vinculado a las actividades religiosas. Por comisión del virrey Antonio de Mendoza catequizó a los indios que llevó a la ciudad de México Alvar Núñez Cabeza de Vaca, a pesar de su corta edad, cumplió satisfactoriamente con su encomienda.
Tuvo intereses diversos, mismos que lo llevaron a valorar al lado de su padre la importancia de la ganadería. Sentía admiración por las empresas marítimas, así como por la minería. A pesar del contacto continuo que tuvo con conquistadores, marineros, mineros y frailes, se tienen pocas noticias sobre su educación. Es muy probable que, dada la temprana presencia de los franciscanos en Tlaxcala, las primeras letras las haya adquirido con ellos bajo la tutela de fray Martín de Valencia. Lo que se puede rescatar es que a temprana edad mostraba un amplio dominio de las lenguas español y náhuatl.
Al regresar a Tlaxcala tuvo una participación activa en los negocios de la ganadería, situación que le traería beneficios y pérdidas, por lo que sus actividades ganaderas se vieron mezcladas con el comercio de la grana y tierras. De todas sus ocupaciones, el comercio de la grana cochinilla fue el que le trajo mayores ganancias, ya que era un producto muy demandado.
Contrajo nupcias con doña Leonor Vázquez, india principal de Ocotelulco con la que procreó dos hijos, Diego e Isabel. Este matrimonio le trajo muchos beneficios, entre ellos colocarse en una situación privilegiada, dada la influencia que su esposa tenía en Tlaxcala.
En este sentido estableció relaciones con los principales de Tlaxcala, quizá como prestamista recibiendo diferentes compensaciones. Hacia 1577 recibió de Tizatlan un sitio de estancia para ganado menor en Quapiaztla. De Quiahuiztlan recibieron él y su mujer un solar de casas cerca del monasterio. El mismo caso se presentó por parte de Tepetícpac y Ocotelulco.
Tiempo después se le encuentra a Diego Muñoz Camargo desempeñando los cargos de escribano mayor y el de mayordomo del mesón de la ciudad de Tlaxcala; así mismo, se ocupó del cuidado de una hacienda comunal de crianza de ovejas y cabras.
Todas las actividades que desempeñó no le impidieron dedicarse al estudio y la escritura de la historia de Tlaxcala, pero tuvo que dejarlas a un lado cuando viajó a la ciudad de México para colaborar en el gobierno del virrey Villa Manrique en 1585. Se sabe que en este año Diego Muñoz Camargo se embarcó a España como interprete, formando parte de los tlaxcaltecas que viajaron a la península para entrevistarse con el rey.
Ante la necesidad de sufragar los gastos de viaje a España, enfrentó una serie de denuncias que se presentaron ante el rey por un problema de cobro de tributos a indígenas, ante esta situación Diego Muñoz Camargo y su familia abandonaron Tlaxcala.
Poco tiempo después, al regresar de España el cabildo le encomendó la administración de los bienes y haciendas de la ciudad, con el beneficio de poder adquirir un terreno en el que se criaban ovejas; este hecho trajo disgustos entre la comunidad.
Para 1591 por comisión del virrey Luis de Velasco desempeñó el cargo de proveedor y repartidor de tierras en la colonización del actual San Luis Potosí, poblando San Miguel Mezquític de la Nueva Tlaxcala Tepetícpac. El mismo Diego Muñoz Camargo dio posesión de las tierras a los colonos tlaxcaltecas.
Después de venta de varios bienes y solares, tanto en Tlaxcala como en otras regiones, su familia recibió un beneficio para su esposa y sus hijos. De acuerdo con Charles Gibson, la muerte de Diego Muñoz Camargo ocurrió hacia 1599, ya que su esposa doña Leonor aparece como viuda en 1600 cuando otorga poder a su hijo para administrar sus bienes.
La labor histórica de Diego Muñoz Camargo será objeto de otro escrito, pero en lo que se refiere a su vida, se han presentado los aspectos más importantes de cómo se fue adaptando a la transformación política, económica, social y cultural de un pueblo a partir de las reminiscencias de las culturas mesoamericanas. Él como otros tlaxcaltecas se fueron imponiendo a las circunstancias para conservar la esencia tlaxcalteca y legarla a la sociedad actual.
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