Por: Jair Torreblanca Patiño

Este domingo es el día del padre. Aprovecho está líneas para felicitar a quienes han tenido la dicha de procrear, educar y forjar a nuevas generaciones. Sin duda no es una tarea fácil, requiere de mucha paciencia, responsabilidad y dedicación. Porque al final es el complemento a la educación que se da en el núcleo familiar. Un abrazo fraterno para todos ellos.

Entremos en materia y pongamos el tema en la mesa. A lo largo de los años, hemos sido testigos de como el padre de familia se convierte en el iniciador de una carrera deportiva, al inculcarles el gusto por la actividad deportiva. Inicia de una forma sencilla, al hacerse acompañar de la familia a los partidos, entrenamientos o actividad física.

Esta pequeña acción, es la que detona en los hijos, que se involucren en la práctica deportiva al fomentarles el gusto primero y después el deseo de practicarlo. Esta tradición es la talante de varias familias que llevan varias generaciones de deportistas.

Así nace una carrera deportiva o mejor dicho se hereda. Hay muchas familias donde esté gusto se inicio con el abuelo, posteriormente el padre y la tercera generación con el hijo. Póngale el deporte que sea, así se tiene el esquema de desarrollo al interior de una familia.

Que decir de los padres de familia entrenadores. Doble responsabilidad tienen, porque no solo deben de inculcar los conceptos básicos del deporte, sino deben de encaminarlo con una educación completa. Por la experiencia se cumple a medias, porque el tema deportivo a pesar de llevarse a todos lados, en casa, el entrenamiento, a veces este exceso, ha provocado que ya no se tenga espacios para salir de este círculo que podría ser virtuoso, pero a veces se torna complicado sobrellevarlo.

Otro de los factores que afecta esta relación hijo- papá entrenador, es que resulta complicado marcar un punto medio en la relación que se dan en los campos de entrenamiento, sin dar prevendas o ser demasiado estricto que fracture la relación papa-hijo.

Es difícil marcar una media, al final antes del deportista está la de ser hijo y por si fuera poco, es difícil apartar el tema deportivo en la convivencia interna donde se con ice mañana, tarde y noche. Pese a ello hemos visto como padres de familia han logrado equilibrar está situación y llevar a buen terminó las carreras exitosas de los vástagos.

De ahí la importancia de que el primer generador por el gusto deportivo es la familia. Y como en la columna del día de las madres decíamos que son el pilar para apoyar la carrera deportiva, está se apoya en el padre para tener un verdadero trabajo en equipo.

Medallas

Al cierre de esta columna Tlaxcala suma 14 medallas, 4 oros, 5 platas y seis bronces. Los últimos tres aureos, se dieron en el ciclismo en individual con Luca Cano y en equipos femenil. El judo también dio su contribución dorada con el primer lugar de Bárbara Padilla.

Al momento se han dado los resultados esperados, no hay sorpresas. Aunque claro la semana pasada habíamos pronosticado un metal en el fútbol femenil, está vez, las chicas nos quedaron mal, al quedarse en fase de clasificación y no estar en siguiente fase.

Ya solo restan disciplinas favoritas de medalla, el taekwondo, atletismo, gimnasia de trampolín... Veremos cuál de ellas suben a podio y suman a la cosecha de este año, que en caso de mantenerse con 3 ó 4 preseas más se mantendría en la media de Tlaxcala en este tipo de justas.

Por lo pronto la competencia se enfila a la competencia y se verá si los logros están de acuerdo al estudio meticuloso de los expertos del Idet. Aunque lo real es armar proyectos que vayan encaminados a mejorar, pero sobre todo a hacer crecer la base de desarrollo que actualmente continúa baja ¿o no?

Comentarios para esta columna que no está padre al correo detriunfosyfracasos@hotmail.com

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