Por el Psicólogo Carlos Muñoz
Cada vez que sucede esto nos damos cuenta que nuestro cuerpo y nuestra mente tienen la capacidad de sobreponerse a casi todo, es por eso que muchas veces abusamos de ello y nos llenamos de actividades y compromisos, es entonces donde llega el punto en que nuestra mente no aguanta más y colapsa.
Probablemente no seas tan consciente de esto, pero muchas personas con las que convives diariamente podrían sufrir de este agotamiento emocional, y ni siquiera saberlo, ya que este padecimiento tienen muchas facetas y puede confundirse con otro malestares similares, a continuación explicaremos qué es, cómo identificarlo y sobre todo, qué hacer para ponerle fin a esto.
Podemos entender el agotamiento emocional como un estado al que nuestra mente llega debido al alto nivel de exigencia al que se le somete, y con esto no me refiero únicamente a lo laboral o académico, me refiero a la suma de todo el conjunto de conflictos, preocupaciones, responsabilidades, situaciones adversas, o bien por obligaciones adquiridas de manera personal o por terceros, dichos ingredientes forman un cóctel el cual terminará en un desbalance emocional y cognitivo el cual podría deteriorar tu vida o incluso terminar con ella de una manera lenta y silenciosa.
En el ámbito laboral se le conoce como: síndrome de burnout o síndrome del hombre quemado, pero este es ocasionado por la carga de actividades o responsabilidades, así como por las relaciones sociales disfuncionales que se pudieran enfrentar dentro del área de trabajo con compañeros o jefes, en el área de la salud también encontramos una variante que es el síndrome del cuidador primario, que como su nombre lo dice, lo padecen aquellas personas que se encargan de cuidar pacientes con algún tipo de discapacidad física o mental, y que debido a la estructura familiar, resienten la mayor parte de la responsabilidad y en algunos casos llegan hasta a perder su autonomía y su vida por atender al familiar enfermo, pero todo esto será, para otra columna.
Como lo podrás ver más adelante, estos padecimientos comparten gran parte de la sintomatología, la diferencia es que estos últimos dos, tienen un origen específico, por lo cual si cambiamos algunas rutinas de la persona afectada, podríamos observar mejoría, en el caso del agotamiento emocional no encontraremos una causa única, sino la suma de muchas situaciones las cuales terminan por saturar nuestra mente y nuestras emociones, principalmente es consecuencia de un desequilibrio entre lo que damos y lo que recibimos, esto, se puede asociar directamente con nuestra dificultad para establecer límites. (si no sabes cómo hacerlo, te recomiendo que leas la columna no. 24 Cómo establecer límites)
Ahora, ¿Cómo puedo identificar si yo o alguno de mis familiares están bajo agotamiento emocional? Aunque al hablar de emociones se pensaría que el cuerpo físico no tendría nada que ver, en este caso podremos ver que el cansancio físico también forma parte de la sintomatología general.
Cansancio físico: Podemos sentirnos cansados en gran parte del día, lo interesante en este punto es identificar si existe alguna razón o únicamente estás cansado con las actividades normales de tu día y dicho cansancio no desaparece con el descanso.
Irritabilidad: No es negativo que te enojes, mucho menos que des muestra de tu enojo, en este punto lo que nos va a dar un termómetro de cómo anda la cosa, es la calidad de las respuestas ante situaciones estresantes, es decir, si se te cae un lápiz y terminas pegando un grito y un berrinche descomunal, podríamos decir que no existe relación entre la intensidad del estímulo y la respuesta, ya que a todas luces sería desproporcionada.
Problemas de memoria: Y no es que no sepas lo que tienes que hacer, lo que pasa es que tienes tantas cosas en la cabeza que llega un punto en el que tu mente olvidará las que considere que son menos importantes (aunque no lo sean)
Falta de motivación: Terminarás haciendo las cosas más porque las tienes que hacer y no porque realmente te sientas motivado.
Distanciamiento afectivo: Esta será una consecuencia de todo esto que estás viviendo, y la manera adaptativa de tu mente será, evitar que las demás personas se preocupen por ti, por lo cual dejarás de salir con ellos y evitar pláticas profundas.
Dificultad de pensamiento: Aunque tu mente no dejará de pensar en todos los pendientes que tiene, presentará dificultades para encontrar las soluciones, y mientras más lo pienses más complicado será mantener o llegar al punto de concentración.
Estos por mencionar algunos síntomas, pero al igual que lo he venido haciendo columna a columna, recordarte que no puedes autodiagnosticarte, bueno si puedes, pero no debes, ya que tu diagnóstico podría ser inexacto.
Y como sé que seguramente esto tampoco te detendrá, te voy a dejar unos pequeños tips para que empieces a hacer algo al respecto, solo debes estar consciente que tu nivel de éxito o fracaso dependerá de tu disciplina, compromiso y de que te asesores con un experto, en este caso de un Psicólogo.
Aunque suene un tanto obvio la manera más sencilla de combatir el agotamiento emocional es descansando, aunque suena simple y hasta cierto punto obvio, el llevarlo a la práctica es más complicado de lo que crees, ya que para que el descanso sea significativo, tiene uno que desconectarse física y emocionalmente, intentar delegar todo el montón de actividades en lo que te vas recuperando, lo más duro llega cuando nuestro nivel de responsabilidad y compromiso es alto, lo que impide dejar que otra persona hago lo que a nosotros nos corresponde, esto mezclado con la incapacidad por dejar de adquirir nuevas responsabilidades, de ahí su complejidad, por ello la principal recomendación es que cuando sientas que ya no puedes más (o incluso antes de que eso pase) busques ayuda profesional.
Esto es todo por esta columna, nos saludamos la siguiente semana, no olvides que puedes participar en la elección de los temas de las siguientes columnas, mismas que se hacen en Instagram, me encuentras como @Psicólogo Carlos Muñoz, espero esto te haya servido pero recuerda, puedo estar equivocado.
