Sí, cierto, han pasado 502 años de aquel hecho histórico en que, un ejercito de peninsulares ibericos, que no españoles (Hispania es un término geográfico romano), como bien indica Sintesis, parece que todo se olvidó. No és así, al menos para mi, que he seguido y sigo cada semana desde 2018 (desde mi púlpito en Radio Universidad de Tlaxcala, dial 99.5) conectando con el pueblo resultante de aquel meztizaje que, unas veces forzado, otras querido, se fue conformando con los siglos, si bien es cierto que el pueblo indigena, diezmando por guerras y enfermedades importadas, perdió peso especifico, pero lo mantuvo, no así su peso politico y cultural que fue casi enteramente sustituido por el importado, de ahí que ambas partes y yo mismo, constatemos que se ha perdido el agarradero cultural, el sentido de pertenencia al que uno debe amarrarse si no quiere terminar de perder su identidad.
Ese fue uno de los motivos de mi novela historica, EL CONDE DE TLAPANCALCO, donde relato el descubrimiento y la «conquista» desde el punto de vista de la participación catalana en ella, (siempre ocultada por Castilla, que se empeña en querer ser autora y protagonista única de la historia, sea esta violenta o no), pero tambien desde el punto de vista indígena, para echarle una mano en su reencuentro con su pasado histórico, que es eso, pasado, que no debería condicionar tanto su futuro, como lo hace, ya que, la herencia recibida, debe serlo en lo positivo y en lo negativo, no sólo en lo negativo de la gestión politico-administrativa-economica, que hizo Castilla, incapaz de rentabilizar y explotar en beneficio de la colectividad los recursos humanos y naturales del pais explorado, sino que, egoisticamente, su pretensión fue la explotación y el enrriquecere con mano de obra barata o esclava, (triste error el de las «encomiendas» que en pleno S-XXI aún persisten, en otra manera, claro) con reserva del Quinto Real, para el emperador «de las Españas = Hispanorum Rex, segunda persona del plural = Españas, formada la Peninsula Iberica por varios reinos independientes, no solo por Castilla, sino tambien por Catalunya (que dominava todo el Mediterraneo), Navarra, Portugal…por tanto, no se puede llamar España en singular, al inexistente territorio-politico de la Iberica plurinacional, en la que Catalunya sigue luchando por no perder tambien su agarradero ni identidad que le fue arrebatada (lengua, cultura, estructuras de estado….) en 1714, como se los arrebató Castilla a los distintos pueblos mesoamericanos, persistiendo todos (resiliencia) en la busqueda y recuperación de nuestras originales identidades y estructuras de estado. A Castilla le conviene llamar España a todo lo que «conquistó» con violencias, más que con empatias, y asi se sigue enseñando en los colegios de la Iberica y de Iberoamérica, sin que al parecer, importe a nadie, el profundizar en lo que hay de cierto en nuestras historias, ni en lo que esta tergiversado o manipulado por censores, inquisidores y historiadores de régimen, ni en cual fue en realidad, la historia cierta que sucedió, que por sucedida, sucedió con participacion de cada parte , con su alicuota parte de responsabilidad en ella, entonces, y ahora. Lei de alguien indicar que, mientras en China el yuan ya es virtual, o en otras monedas se imprimen imagenes de futuro, en México e Iberoamérica, sus billetes aún estampan el pasado, como en un no querer olvidarlo, ni un querer traspasar su mentalidad al futuro. Cambien de paradigma, tanto pasado envejece y te impide avanzar hacia el futuro.
El «Sistema» imperante post Primera y Seguna Guerras Mundiales, parece que llega a su fin. La producción, el liberalismo y neoliberalismo a ultranza, la especualación, el capitalismo tras-pandemico parece que quiebra -ojalá lo haga- enfrentandose ahora -nueva versión de lo mismo- el control del poder , en dos bloques antagónicos, «Bloques geoestratégicos» Eurásicos/orientales, contra los Occidentales (UE-EUA), importandoles a éstos poco, el resto de Asia, Africa o Latinoamerica, a conquistar, como antaño hizo Castilla, o Gran Bretaña, o Alemania, o Paises Bajos, o Francia, o EUA que pretendieron quitar la identidad y los recursos a todos (basicamente a Asia y Africa, tambien Oceania), sacrificando a sus gentes, unos en una forma, otros en otra, y ahora, secuestrando nuestros datos e identidad, ofreciendonos a cambio el Metaverso, la realidad virtual, el goce ficticio, el engaño, la mentira, lo virtual, hasta que perdamos no solo la identidad y pertenéncia, sino el sentido del gusto, del tacto, del olfato, no así los del oido interno, ni el de la vista encerrada en gafas tridimensionales, oido y vista que pronto se activaran por mecanismos mentales programados, en un «verso» que está más allá de nuestro alcance, mientras aqui, cuatro románticos, nos seguimos empeñando en querer recuperar nuestra identidad cultural perdida, cuando nuestro «abatar» ya está prediseñado en el Metaverso.
Pero mientras pueda, seguiré degustando mi copia de vino anejo, o el «bacalla amb xanfaina» de mi abuela, o acariciando la piel física de la femia, con su consentimiento claro, o retozando con pasión, si puedo y me dejan, o quedaré seducido per el vaiben de las olas del mar, o de las verdes praderas, en bosques donde ya en estas fechas, por las recientes lluvias, crecen la setas tan apreciadas por los catalanes, como el rovelló, la mocossa, l’ou de reig, el cep… y tantos otros placeres que entran en la mente, por los ojos, o por el paladar, o por el tacto o por el oido, escuchando aquellas viejas canciones de nuestra infancia o juventud. Todo esto, nos lo quieren robar, mientras discutidos tonterias en realits de tres al cuarto, o viendo el entierro pudiente de no se quien, que murió rico, o rica, sin nunca haber heho nada de provecho para su vecino/subdito que malvive en un bárrio más o menos cerca, o lejos, de su palacio fisico, que no virtual.
Que cada cual invoque a su Dios. Dios no salvará al pueblo, ni a sus gentes, aunque bien quisiera.
Desde Catalunya, deseandoles que hallen su agarradero y pertenencia, más hallá de si han pasado 2 o 502 años de aquel encuentro, les saluda. S.S….T (Sebastià Sardiné Torrentallé).
PD: Supremacista es quien, creyendose mejor que el resto, menostiene, maltrata o ignora al ocupado (colonialismo, nazismo), no mezclandose geneticamente con él, para mantener su «raza» (aunque analisis de ADN les dariá muchas sorpresas). Meztizo es el fruto, querido o no, del amancebamiento o casamiento entre dos razas/culturas distintas. Al menos en este aspecto, los «castellanos» o los ibéricos, al «conquistar» el Nuevo Mundo, no fueron supremacistas, más bien, «puteros» si me lo permiten, con todas las excusas.