Por: Psicólogo Carlos Muñoz

¿Será que en verdad no logramos ver a las personas que todo el tiempo se victimizan, o tal vez pasa que las queremos mucho que tenemos que justificar su comportamiento y cambiar el nuestro para no tener que lastimarlos?

Y es que esto que estás a punto de leer es mucho más común y evidente de lo que piensas, seguramente lo podrás identificar de manera muy sencilla con algún conocido, familiar o amigo, tal vez ya eres consciente de ello y ya hasta lo hayas normalizado, y en dado caso que creas que no conoces a nadie que se victimice, lamento informarte que tú podrías ser el candidato principal en esta situación.

Y es que convivir frecuentemente con personas que suelen victimizarse todo el tiempo podría ser mucho más desgastante de lo que crees, ya que en muchas ocasiones nosotros somos lo que debemos de cambiar o adecuar nuestra conducta, con tal de evitarle un mal sabor de boca a aquellas personas que lo único que buscan es un pretexto para sufrir, y como ya sabes que en esta columna no se viene a criticar, sino a construir, te voy a dejar algunos de los principales indicadores para poder identificar a las personas con estos rasgos de personalidad, así como alternativas de solución para que este tipo de conductas no necesariamente terminen afectándote a ti.

Lo primero que requieres saber es que aquellas personas que suelen victimizarse por todo no únicamente lo hacen para obtener beneficios propios, sino que también desean que parte de la gente que las rodea salgan perjudicadas, es decir, finjo sufrimiento para que me den algo, pero que a su vez se lo quiten a alguien más, también este rasgo de personalidad puede ser utilizado como herramienta evitativa para salir bien libradas de situaciones que perciben como complicadas, por ello es importante la detección y tomar cartas en el asunto, buscando con esto reducir los daños.

En muchas ocasiones las personas victimistas perpetúan sus conductas por miedo a salir de lo que conocemos como la zona de confort, ya que entre menos decisiones y sus respectivos resultados tengan que afrontar, para ellos será mucho más cómodo, dejando así la responsabilidad de lo que les suceda a agentes externos.

Siempre buscan llamar la atención

Lejos de buscar apoyo o tomar el control de lo que les sucede, recurren a despertar en las demás personas el sentimiento de lástima, ya que una vez consiguiendo esto podrán reafirmar que ellas son incapaces de realizar las cosas por si solas, y esperando así que los demás busquen como resolverles la situación para que dejen de sufrir.
No asumen responsabilidades
Conforme vayamos describiendo las señales te podrás ir dando cuenta de que los puntos están conectados, y justamente el no querer asumir las responsabilidades provoca que así mismo se desprendan de cualquier tipo de culpa que pudiera surgir en su contra.

Culpan a los demás
Esto tiene más que ver con la percepción que estas personas tienen sobre si mismos que lo que realmente sucede, es decir, piensan que todos los demás están en su contra, que nadie puede sentir, experimentar o comprender lo que ellos sienten y por eso piensan que se hace todo lo posible por afectarlos.

Se la pasan quejándose todo el tiempo
Si el quejarse fuera un deporte, seguramente ellos ganarían medalla de oro en juegos olímpicos, y es que todo les duele, molesta o incomoda, hasta las cosas que ni siquiera van dirigidas a ellos en específico, también terminan por incomodarlos, y nos hacen creer que hacen todo lo que está a su alcance para mejorar la situación, sin embargo, solo dejan que las cosas sigan su rumbo.

Aunque lo parezca no quieren una solución
Tal vez conozcas la analogía del vendedor que no puede vender toda su mercancía al iniciar el día, porque sino después que va a vender; por mas soluciones que se le presente a la persona victimista, esta optará por encontrar mil excusas para evidenciar que dichas alternativas de solución no son viables, incluso sabiendo que sí lo son, ya que, al arreglar el problema, ya no tendría de que seguir victimizándose.

Son rencorosos
No conformes de que abusan de la buena voluntad de aquellos que buscan apoyarles, desarrollan un profundo rencor con aquellas personas que identifican y evidencian lo que a todas luces quieren hacer.

Son manipuladores
Al igual que muchos tipos de personalidad, la manipulación es una de las herramientas predilectas que utiliza una persona que se victimiza por todo, y regularmente y como se comentó al inicio la manipulación surge de hacerse ver como débiles o inútiles ante los demás.

Son pesimistas y negativos
Vaya combinación, difícilmente podrás ver que este tipo de personas vislumbran futuros alentadores, casi siempre sucederá que se concentren en las situaciones negativas e ignorando que toda situación también tiene su lado positivo.

No sienten confianza con nada ni con nadie
Partiendo de la premisa de que todo el mundo está en su contra y los quiere lastimar, será muy complicado que puedan desarrollar lazos afectuosos con las personas, y si es que lo llegaran a hacer, estarían esperando el momento en el que los fueran a traicionar, llegando así a la profecía autocumplida.

Estos podrían ser parte de los indicadores que nos van alertar a reconocer que estamos tratando con alguien que se victimiza con todo, sin embargo, en muchas ocasiones esa persona que ya logramos identificar resulta que es alguno de nuestros padres o incluso nuestra pareja, y ahí es donde el dilema se pone más bueno, ya que quien no se quiere dejar apoyar es quien más lo necesita, entonces te podrás preguntar, ¿Qué puedo hacer para ayudar? Lo primordial es hacerle saber que cuenta con todo tu respaldo y comprensión, pero si es importante que dejes en claro que por más que lo aprecies, no puedes solucionarle la vida, ahí es donde hacemos gala de la manera en la que sabemos establecer límites, esto es una situación compleja y lleva su tiempo, sin embargo, si se tiene la suficiente paciencia y asertividad, los victimistas irán cambiando poco a poco la perspectiva de las cosas.

Muchas veces terminamos en terapia como daño colateral de lo que les pasa a los demás, la recomendación acá radica en que no esperes a tener afectaciones serias, si ya lograste identificar en donde estás parado, busca ayuda psicológica profesional, bueno eso haría yo, pero recuerda… puedo estar equivocado.

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