El estado más pequeño de la República Mexicana cuenta con un arsenal de pasajes históricos que refrendan su catalogación como cuna de la nación, acontecimientos que datan desde épocas prehispánicas son narrados en sus sitios arqueológicos, asentados en distintos municipios, y en las salas del Museo Regional de Tlaxcala, en la capital de la entidad.
El Museo Regional forma parte integral del Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala, del siglo XVI, inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco en 2021 anexado a los 14 monasterios ubicados en las faldas del Popocatépetl, en los estados de Puebla y Morelos, incluidos en la Lista de la Unesco en 1994.
El conjunto conventual es representativo del modelo arquitectónico adoptado por los primeros misioneros franciscanos, dominicos y agustinos que evangelizaron a las poblaciones indígenas en el siglo XVI.
Las zonas arqueológicas de Cacaxtla-Xochitécatl, Zultépec-Tecoaque y Tizatlán también fueron una gran opción para recorrer en familia, la zona arqueológica de Zultépec-Tecoaque se ubica en el municipio de Calpulalpan, al occidente del estado. Fue escenario de encuentros relevantes entre indígenas tlaxcaltecas y las huestes europeas.
Cientos de objetos y piezas arqueológicas dan testimonio de algunos ritos de transmutación de energías y de la resistencia de los indígenas a la conquista. El público no puede perderse la experiencia de conocer este lugar lleno de historia.
La zona arqueológica de Tizatlán resguarda en su estructura principal, los altares policromos que muestran elementos pictóricos en sus diferentes caras, con la norte empotrada a una columna de planta semicircular. Los vestigios del palacio de Xicohténcatl remiten a uno de los cuatro señoríos tlaxcaltecas.