La tuberculosis es una enfermedad infecciosa y curable con diagnóstico oportuno, tratamiento y el estricto seguimiento de las indicaciones médicas, afirmó el doctor Arquímedes Díaz Parra, coordinador de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.
Se contagia por vía aérea mediante microgotas o gotas de flügge que son pequeñas gotas de secreciones (principalmente saliva) que las personas con tuberculosis expulsan de forma inadvertida por la boca al hablar (incluso en voz baja), toser, estornudar o cantar, y puede afectar cualquier órgano del cuerpo, principalmente los pulmones.
Entre los síntomas principales se encuentran: tos con flemas, fatiga, fiebre y sudores nocturnos, conforme va avanzando la enfermedad, se presenta pérdida de peso, dolor de pecho y flemas con sangre.
De no tratarse la enfermedad se pueden presentar daños importantes, además de ser un foco de contagio sobre todo en menores de edad, embarazadas, adultos mayores, personas con diabetes, VIH/sida, desnutrición, cáncer; con problemas de alcoholismo y tabaquismo; o en aquellos que consumen antiinflamatorios esteroideos, como los pacientes con artritis reumatoide, entre otros.
Por este motivo, el diagnóstico precoz de esta enfermedad es de suma importancia, por lo que ante cualquier contacto con una persona que haya presentado tos por más de 15 días, se recomienda no automedicarse y acudir a la Unidad de Medicina Familiar que le corresponde para recibir atención lo antes posible.
Las personas con tuberculosis pulmonar deben tomar el Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado (TAES), cuya duración es de 6 meses, por lo que no se recomienda abandonarlo, lo que implicaría el riesgo de multirresistencia del bacilo; consta de cuatro fármacos que se toman de lunes a sábado, en una fase intensiva, y cuatro meses de sostén con dos medicamentos que se ingieren cada tercer día.