El teatro es un movimiento cultural. Actualmente es considerado el arte escénico más importante, pues conjunta una gran variedad de elementos que, dependiendo de la obra, cumplen la función de impactar y despertar las emociones del espectador.
La trascendencia de este arte a nivel estatal quedó claro a principios de este mes cuando la Secretaría de Cultura del Estado anunció la creación de la Compañía Estatal de Teatro con el objetivo de darle un enfoque profesional a la práctica de este arte.
El teatro le brinda al espectador la oportunidad de interactuar de forma más directa con los actores y el ambiente que se crea para sumergirse en la historia totalmente; incluso, existe una variante de este arte que busca activamente la participación del público para construir la historia.
Podría decirse que el teatro en México comienza desde el momento en que las culturas prehispánicas introducen música y danza a los rituales que se realizaban ante toda la población o las pastorelas como acto de evangelización por parte de los españoles. Es hasta la guerra de independencia que se muestra un interés creciente por el teatro, a tal punto que Miguel Hidalgo tradujo el Tartufo de Moliére.
Tras la caída del imperio de Maximiano de Habsburgo se inauguraron múltiples recintos, como el teatro de los autores y el teatro del conservatorio. Su progreso en cuanto a infraestructura se atribuye a Porfirio Díaz, quien comenzó la construcción del Palacio de Bellas Artes y de otras edificaciones de tipo francés.
Es a partir del siglo XVI que el teatro toma relevancia en el panorama nacional, pues surgen instituciones como la Compañía del Ayuntamiento de la Ciudad de México, la Asociación Nacional de Actores o el Instituto Nacional de Bellas Artes hoy INBAL, las cuales llevaron a la profesionalización de este campo. Este arte tiene tal importancia a nivel cultural que cada 27 de marzo se conmemora el Día Mundial del Teatro.
