El circo, como se conoce hoy en México, comenzó en 1808 con el espectáculo de inglés Philip Lailson y su real circo ecuestre. Posteriormente en 1841 nació el primer circo cuyos orígenes son propios del país, cuando José Soledad Aycardo pagó en la ciudad de Monterrey la licencia de cinco pesos para llevar a cabo su espectáculo llamado “El Circo Olímpico”.
Durante el Imperio de Maximiliano en 1864, llega el circo del italiano Giuseppe Chiarini quien es considerado el responsable de introducir definitivamente el gusto por este tipo de espectáculo al país.
Para finales del siglo XX, los circos se extendieron por todo el territorio mexicano; recorriéndolos de punta a punta algunos sobreviven hasta nuestros días, como el Circo Suárez, el Metropolitano de los Hermanos Orín, el Gran Circo de Fénix, el Circo Treviño y el Circo Atayde Hermanos.
Sin embargo, los circos son una tradición antigua que de acuerdo con los estudiosos se remonta a la antigua Mesopotamia, pues existen pruebas que datan los circos hasta el año 2,040 a. C.
Países como China e India también han presentado vestigios de esta practica que se calcula podrían datar del 3, 000 a.C. La práctica ya incluía personas que ya eran contorsionistas, acróbatas y malabaristas.
Debido a la importancia que tiene este espectáculo en la historia de la cultura humana, cada tercer sábado del mes de abril se conmemora el Día Mundial del Circo, siendo promovida por la Federation Mondiale du Cirque.





























