Durante el mes de enero de 2023 la Condusef contó con reportes de 30 instituciones financieras que han sido afectadas por la suplantación o uso indebido y sin autorización de su nombre comercial, denominación, logo e incluso de algunos de sus datos fiscales o administrativos, a las que ahora se suman 32 instituciones más.
Entre ellas se encuentran Fsmp soluciones de capital, financiera amigo, Arez financiera, Maxcapital intercontinental, financiera santos, financiera maestra, Sefiistmo, financiera súmate, Invesur, Cgb hipotecaria, vamos a mejorar, apoyos inteligentes quirazo, fisofo, gfm puebla, hir compañía de seguros, soporte impulsa, Sofinde, Agrumnostro de México, dinero para crecer, por mencionar algunas.
Se recomienda a las personas interesadas en obtener un crédito o cualquier otro servicio financiero, estar alertas del modus operandi de los suplantadores, el cual usualmente es utilizan (sin autorización), nombres comerciales, denominaciones sociales y/o imagen corporativa de las entidades financieras debidamente autorizadas y registradas, para hacerse pasar por ellas, cambiando una letra o letras del nombre, colores o formas de los logotipos, para engañar, este uso se hace tanto por medios convencionales, en folletos, como en medios digitales (páginas de internet, redes sociales, aplicaciones móviles, etc).
Solicitan a sus víctimas enviar su información personal vía WhatsApp o mensajes de texto (o acceder a la misma a través de permisos de aplicaciones móviles) poniendo en riesgo sus datos personales o sensibles.
Piden anticipos de dinero en efectivo o mediante depósito a una cuenta bancaria (a nombre de una empresa o persona física distinta a la entidad financiera suplantada) con la supuesta finalidad de gestionar el crédito, adelantar mensualidades, pagar gastos por apertura o como fianza en garantía, generalmente por el equivalente al diez por ciento del monto total del crédito solicitado, que puede ser desde mil hasta doscientos mil pesos.
Cuando las víctimas realizan los depósitos a la cuenta señalada, que puede ser una institución bancaria o un corresponsal, no reciben el crédito y después es imposible localizar a los promotores. Es cuando los afectados descubren que han sido engañados.