El diputado Juan Manuel Cambrón, coordinador de la bancada del PRD en el Congreso, se dijo indignado por la forma en que responde el gobierno ante las justas demandas de la ciudadanía que le brindó su confianza para gobernar.
Cambrón Soria expresó su molestia por los acontecimientos de la noche del lunes en Calpulalpan, en donde elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), entre ellos un grupo de granaderos, desalojaron a mujeres manifestantes de la carretera federal Texcoco–Zacatepec, cuando se manifestaban por la falta de agua.
Dijo que los derechos a la libre manifestación y expresión son intrínsecos a la democracia y que están consagrados en nuestra constitución en los artículos sexto y noveno.
“Pero cuando esos derechos se conculcan, se pretende limitar o contener, a eso se le llama represión, cuando se hace desde el Estado, como este gobierno lo ha hecho ya en varias ocasiones”.
El legislador del sol azteca hizo un recuento preciso y cronológico de los distintos eventos en dónde el Estado ha privilegiado la represión por encima del diálogo y la negociación, como fueron la represión, dos años consecutivos, a las mujeres en su día internacional, a las normalistas, a los trabajadores de la salud o jóvenes y lo de este lunes en Calpulalpan.
“Es la falta de estatura política y de la capacidad de negociación del gobierno que prefieren mandar por delante al tolete, al gas y al escudo antes que a la razón y el dialogo político”; no vemos a la policía combatiendo a la delincuencia, vemos a la policía reprimiendo a las y los ciudadanos, este es un gobierno represor, no se puede llamar de otra manera”.
Cambrón Soria exigió a la presidenta de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, Jakqueline Ordoñez Brasdefer, que haga una investigación de los sucesos de Calpulalpan, a que emita una recomendación puntual, pronta no tardía, para que se castigue a los responsables pues hay personas lesionadas y hasta amenazadas y otras tantas afectadas en su salud por culpa de los gases lacrimógenos.
Concluyó ratificando que los hechos de Calpulalpan no se pueden calificar de otra manera más que como un acto de represión, de un gobierno que ya tiene demasiados ejemplos como para asegurar tajantemente que Tlaxcala tiene un gobierno represor.