Por: El Psicólogo Carlos
¿Por qué será que cada decisión que tomamos está condicionada por la manera en la que se nos ha enseñado a percibir las cosas?
Y muchas veces, esas decisiones nos traen como consecuencia algunas situaciones que consideramos desfavorables, desgraciadamente, en una situación posterior, volvemos a reaccionar de la misma manera, obteniendo por ende un resultado igual de desfavorable y seguimos quejándonos porque la vida es injusta con uno, cayendo así en un ciclo que pareciera no tener un fin, hasta que aparece esta columna sobre Salud Mental ante tus ojos, misma que te ayudará a que aprendas a cómo lidiar con esas creencias, y pareciera generar una luz al final del túnel que iluminará tu andar por la vida, o al menos eso me gusta creer.
Bueno, tal vez exageré un poquito al final del párrafo anterior, sin embargo, me gusta mucho generar ilusión y optimismo ante situaciones adversas (sólo en las que creo que se tiene un pronóstico favorable), y si estás leyendo esto ahora, es porque tal vez tu sistema de creencias te ha metido en problemas en algunas situaciones en particular, y buscas esto como una manera de poder cambiar el panorama de lo que hasta ahora conoces, si así fuera el caso, claro que existe una esperanza.
Pero antes de entrar con la descripción de las funciones o variables a considerar a la hora de modificar tus creencias, considero importante que podamos unificar una definición, ya que aunque el concepto parece muy popular y del dominio público, podríamos enfrentar algún tipo de confusión por generalización y así asumir de lo que estamos hablando, ello representaría un problema de comunicación, algo que no queremos hacer; para fines prácticos entendamos las creencias como: una actitud mental que consiste en la aceptación de una experiencia, una idea o una teoría, considerándolas verdaderas sin que medien ni hagan falta demostraciones argumentales o empíricas. Es decir, es aquello que decidimos creer y afirmar sin que tengamos el conocimiento o las evidencias de que sea o pueda ser cierto.
¿Y cómo es que nos apropiamos de estas creencias? Regularmente nuestra primera fuente de adquisición del conocimiento es la casa, por ende crecemos con lo que vemos con nuestros cuidadores primarios, ellos son los encargados de instaurar las creencias que a su vez les fueron inculcadas sin que al inicio tampoco se pudieran cuestionar si eso era correcto o no, pero antes de caer en un dilema moral sobre lo bueno y lo malo, quiero aclarar que esto aplica únicamente para ti, es decir, estas creencias te generarán comodidad o incomodidad según las situaciones en las que se te presenten, y en el momento en el que sientas que ya estás metido/a en problemas constantemente por la forma en la que reaccionas a las circunstancias, será un momento para analizar en dónde estás parado/y hacia donde quieres ir.
Las creencias son la brújula por la cual nos movemos y estas nos sirven para recibir información del mundo que nos rodea, es decir, no necesariamente necesitan percibirse como malas o negativas, también nos brindan un parámetro de cómo somos nosotros y así nos permitiremos tomar una postura, algunos ejemplos de creencias que muchos tenemos instauradas y que provocan de manera directa o indirecta malestar o incomodidad a la hora de establecer relaciones son:
- “Todos los hombres son iguales”}
- “Las personas exitosas tienen, hacen o dicen…”
- “Las personas que no estudian son fracasados”
- “Nunca confíes en las mujeres”
- “Calladita te ves más bonita”
- “Una buena mujer debe de quedarse en casa”
Y así cómo estos podríamos encontrar muchísimos ejemplos más, el problema tal vez no sea identificarlos, la situación aquí es, poder saber qué es lo que tenemos que hacer para que esto deje de controlar la manera en la que nos relacionamos con las personas, para que la comprensión de este tema sea un poco más digerible, imagina lo siguiente: Tus papás te acaban de regalar el celular que tanto querías, y eso te genera mucha emoción, el único problema es que viene precargado con las aplicaciones que ellos prefieren, los contactos con los que ellos platican, y los juegos de los que ellos gustan,
¿Desecharías el celular únicamente porque no lo puedes configurar desde cero?
Probablemente hayas pensado que no es necesario deshacerse de él, sino que únicamente necesitas ponerle y quitarle lo que a ti te vaya favoreciendo o gustando, pero para ello seguirás un proceso similar al de la modificación de tus creencias.
- Hacer conciencia sin juzgar de lo que crees, esta etapa va de la mano con la analogía de lo que necesitas para poder reparar una fuga de gas, lo primero es poder identificar de dónde se está saliendo, para ello es muy importante el autoconocimiento, la empatía contigo mismo y la autocompasión, una vez que haz identificado aquellas creencias que no te están permitiendo podemos pasar al siguiente punto.
- Cuestiona lo que piensas, y cómo ello va influyendo en tu día a día, aquí es donde podemos comenzar a decidir qué creencias ya no me gustaría preservar y qué repercusiones me podría traer el que continúen.
- Una vez que hagas lo siguiente, seguramente enfrentarás un sentimiento de vacío, es algo así como cuando perdemos algo, y en teoría sí lo estamos haciendo, este podría ser tal vez el momento más duro, ya que sabes perfectamente que es lo que ya no quieres, sin embargo, todavía no haces consciente lo que sí, y en esta etapa pueden surgir tus pensamientos más catastróficos.
- Mientras enfrentas la etapa anterior también comenzarás a sustituir o reestructurar aquellas creencias, y en el proceso irás experimentando nuevas sensaciones, ten paciencia y comprensión con tu proceso, recuerda que tú estás decidiendo lo que te gustaría construir.
- Armar tu catálogo de creencias con las que irás trabajando de aquí en adelante.
Recuerda que nos vamos construyendo todos los días, y que estas creencias que ahora pudieras estar reconstruyendo, no necesariamente se tienen que mantener intactas con el paso del tiempo, es decir, son sujetas a modificaciones posteriores, ya que marcan el ideal de a dónde quisiéramos llegar y aunque son abstractas e intangibles, si condicionan la manera en la que nos vamos desenvolviendo
No es malo tener creencias, todo el mundo las tiene, el problema es cuando no se cuestionan, ya que de ese modo, buscamos la manera de que nuestras creencias se comprueben, lo que conocemos como sesgos de confirmación, mecanismo que utiliza nuestra mente para seguir perpetuando dichas creencias que detonan en ciertas conductas, pero todo eso será, para otra columna.
Ya para finalizar cabe mencionar que este proceso de deconstrucción de las creencias es un tanto complejo y difícilmente podrás gestionarlo de manera individual, la recomendación gira en torno a buscar ayuda profesional especializada, y preferiblemente que maneje el enfoque cognitivo conductual, ya que este se centra precisamente en cuestionar las creencias y cómo estas influyen en nuestro comportamiento, me despido invitándote a que me compartas tus comentarios o bien realices sugerencias sobre temas futuros, ya que eso ayuda mucho a tener una brújula de lo que te gustaría saber, aunque recuerda, puedo estar equivocado.