El pasado jueves 01 de junio, diferentes medios de comunicación y diversas publicaciones difundidas a través de redes sociales, dieron cuenta de una marcha convocada por Manuel Campos Bárcenas, realizada en calles del centro de la ciudad de Tlaxcala que concluyó frente a Palacio de Gobierno ubicado en el centro histórico de la capital tlaxcalteca.
El objetivo de la marcha, de acuerdo con los reportes periodísticos, fue demandar la atención por parte de las autoridades del Gobierno del Estado, para otorgar beneficios a quienes coinciden y participan en su proyecto alternativo de educación.
Las distintas publicaciones, sin embargo, reportaron también la presencia de niñas, niños y adolescentes en la marcha.
Si bien la Convención sobre los Derechos del Niño señala que las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a participar y expresar su opinión sobre cuestiones que les afectan, también es cierto que bajo el principio de corresponsabilidad en la protección de la niñez, el Estado, las familias y la sociedad tienen el rol de asegurar su protección y de fomentar el ejercicio progresivo de los derechos en el marco de valores tales como la tolerancia, la resolución pacífica de conflictos y la convivencia armónica.
En este contexto, esta Comisión Estatal de Derechos Humanos expresa una profunda preocupación por la exposición de niñas, niños y adolescentes a riesgos en su integridad física y emocional al participar en este tipo de manifestaciones.
Es fundamental recordar el principio del interés superior del niño, niña y adolescente, consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en la Ley General de los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y en la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Tlaxcala, que establecen, respecto de este principio, que en todas las acciones concernientes a los niños, ya sea por parte de instituciones públicas o privadas, el interés superior del niño debe ser una consideración primordial.
Las personas organizadoras de las marchas tienen la responsabilidad de respetar y proteger los derechos de las niñas, niños y adolescentes cuando se trata de la participación en actividades como las marchas y manifestaciones sociales, donde es esencial garantizar que su participación sea voluntaria, informada y segura. Las niñas, niños y adolescentes deben entender el propósito y los posibles riesgos de la marcha, y debe haber medidas adecuadas en el lugar para proteger su bienestar físico y emocional.
Es importante tener en cuenta que los niños, niñas y adolescentes pueden ser especialmente vulnerables en situaciones de manifestaciones y marchas. Pueden no comprender plenamente lo que está sucediendo o qué riesgos pueden presentarse, ya que están en una etapa crucial de su desarrollo físico y emocional.
En situaciones de estrés o peligro, como pueden ser las manifestaciones, pueden verse particularmente afectados. Los ruidos fuertes, las grandes multitudes y las situaciones de conflicto pueden causarles angustia o miedo, pues su experiencia y conocimientos para manejar situaciones de emergencia que puedan surgir durante una manifestación se encuentra en desarrollo.
Pueden no saber cómo reaccionar o a quién recurrir en caso de peligro. Exponer a las niñas, niños y adolescentes a este tipo de actos puede tener un impacto negativo en su desarrollo moral y su comprensión de la ley y la responsabilidad cívica.
Por todo ello, este Organismo Autónomo insta a los dirigentes, convocantes y participantes en manifestaciones públicas, a que éstas sean pacíficas y a que, junto con las familias, orienten apropiadamente a niños, niñas y adolescentes y eviten su exposición a situaciones de riesgo. Exhortamos a todos los actores involucrados que respeten y protejan estos derechos. El interés superior de niñas, niños y adolescentes debe ser siempre la consideración principal.