Las alergias son una respuesta exagerada anormal del organismo a partículas externas tales como: polen, ácaros, polvo, picaduras de insectos, alimentos y medicinas; uno de los padecimientos más frecuentes de este tipo es la rinitis alérgica que se caracteriza por la inflamación e hinchazón de la mucosa que recubre las fosas nasales. Es una respuesta hipersensible a un alérgeno inhalado, explicó el doctor José Roberto Castillo Luna, coordinador de Información y Análisis Estratégico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.
La rinitis alérgica se considera la causa más común de congestión nasal reversible y los síntomas suelen ser típicos de un resfriado, como: estornudos, congestión nasal, prurito nasal, rinorrea, prurito ocular, lagrimeo, hiperemia conjuntival o tos, y se puede clasificar de acuerdo con su presentación en el tiempo (estacional, permanente o episódico), y por la frecuencia de los síntomas (intermitente, persistente o episódica), así como por su severidad (leve, moderada o severa).
“Cuando el organismo detecta ciertos factores ambientales (cambios de estación) reacciona y se ‘defiende’ de manera excesiva, lo que desencadena las manifestaciones antes mencionadas; en términos generales es una falta de tolerancia a alérgenos ambientales y se da por cuestiones genéticas, por lo que es un padecimiento hereditario, ya que en caso que lo padezca la mamá, existe una posibilidad de 60% de que lo padezcan los hijos, y si lo padecen el padre y la madre, se incrementa hasta un 80%”, afirmó el especialista en salud.
Otros factores de riesgo que se han asociado con rinitis alérgica son los siguientes: ser hombre, ser primogénito, uso temprano de antibióticos, madre fumadora durante el primer año de vida, exposición a alérgenos como los ácaros de polvo, Inmunoglobulina E (IgE) sérica > 100 UI/ml antes de los 6 años de edad, y la presencia de alérgenos específicos.
“A pesar de que la rinitis alérgica se ha vuelto una afección muy común, es difícil determinar su incidencia en la población, debido a que la cifra real permanece subestimada, pues esto depende de un diagnóstico médico y no se toman en cuenta a aquellos pacientes que no han sido diagnosticados o que se automedican, por este motivo el IMSS reitera la importancia de acudir al médico ante cualquier sospecha de sintomatología asociada a esta afección”, precisó Castillo Luna.
Detalló que, en México hay más de 36 millones de personas que padecen rinitis alérgica, de las cuales solo 2 millones están siendo tratadas adecuadamente, lo que implica complicaciones de la enfermedad y desencadena comorbilidades como el asma otitis media, sinusitis, y pólipos nasales y se puede presentar en asociación con otros padecimientos incluyendo conjuntivitis alérgica, síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño, dermatitis atópica, entre otras.
Aunque no existe una cura para la rinitis alérgica, actualmente hay múltiples opciones de diagnósticos cutáneos y en sangre para un tratamiento y prevención más certera, que incluyen fármacos vía oral, sprays tópicos, e inmunoterapia con alérgenos, la cual es el único tratamiento capaz de cambiar la historia natural de la enfermedad al modificar la respuesta inmunológica del paciente que sufre de alergias respiratorias, alejándose de los alergenos causantes como se redujo durante la pandemia por COVID-19 mediante el uso de cubrebocas efectivos como N95.
“Los pacientes que padecen rinitis alérgica no buscan atención médica, piensan que es un resfriado común, no reconocen el impacto de la enfermedad en su vida diaria; perciben sus síntomas como inevitables o normales y, por lo tanto, no los mencionan, pero la realidad es que es imprescindible buscar atención médica para recibir un tratamiento adecuado y oportuno o para ser referido con un especialista de ser necesario”, puntualizó el coordinador.
Recomendó que, ante cualquier reacción alérgica, el paciente acuda a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) de su adscripción, para una primera valoración y determinación del tratamiento a seguir, evitando la automedicación y posibles complicaciones. En caso de presentar síntomas de gravedad, deberá acudir al servicio de Urgencias del hospital IMSS más cercano.