A pesar de que en lo que hoy se conoce como la Villa Romana de Casale, originaria del siglo IV a.C, existe un mosaico que hace referencia a unas mujeres usando algo sumamente parecido a un bikini, sin embargo se cree que este tipo de prendas comenzó a desaparecer con la llegada del cristianismo y el endurecimiento de las normas sociales.
Seria hasta finales del siglo XIX que comenzarían los trajes de baño de dos piezas, pero aun cubrían gran parte del cuerpo, en el siglo XX la nadadora Annette Kellerman diseño una pieza propia sin mangas ni perneras y aunque sentó un precedente fue arrestada bajo cargos de exhibicionismo.
Los trajes de baño femeninos continuaron su evolución y para las primeras décadas del siglo XX, ya se utilizaba una pieza bastante similar a un vestido corto. Los cambios más “Significativos” se presentaron en las décadas de los 30 y 40 cuando se comenzaron a usar telas como el nylon y en ocasiones gran parte de los hombros o incluso el abdomen sin dejar a la vista el ombligo.
La “revolución” tendría lugar en 1946 cuando Jaques Heim lanzará un modelo denominado “átomo”, pues tenia dos piezas pero aun se cubría el ombligo. La barrera del ombligo seria vencida por el ingeniero Louis Rénard fue difícil encontrar quien luciera dicha prenda pero el 5 de julio de 1946 una bailarina de casino Michelle Bernardini lució el primer bikini público de la historia.
Aunque su lanzamiento causo un gran entusiasmo, las normas morales de la época se impusieron y su uso no consiguió popularizarse hasta una década después de su lanzamiento; gracias a figuras como Ava Gardner, Rita Hayworth, Marlyn Monroe y Elizabeth Taylor el bikini se convirtió en una prenda básica en cualquier closet.
Para conmemorar esta prenda y el avance social que representan para el género femenino cada cinco de julio se conmemora el Día Mundial del Bikini.
