A pesar de que un beso debe ser siempre un acto consensuado, de vez en cuando se presenta la ocasión en que este acto es de forma robada; sobre todo cuando la situación surge de forma espontánea o cuando una relación carece de “título oficial”.
Sin embargo, existen ciertas “excusas” que resultan aceptables, si en alguna ocasión se recurre a este acto, ya que estudios al respecto revelan que aportan ciertos beneficios.
El acto de unir los labios con otro individuo promueve la intimidad y aumenta la unión, ya que al besar el cerebro produce oxitocina.
Al besar a alguien también se liberan más endorfinas de las que produce comúnmente el cerebro promoviendo la felicidad de manera más repentina y constante.
Los besos robados tienden a ser liberadores de estrés, pues al ser un acto espontáneo el cerebro y diversas partes del cuerpo pierden de vista los actos cotidianos para enfocarse en el momento.
Además, los besos robados funcionan como un estupendo ejercicio, ya que se utilizan más de 30 músculos del rostro, lo cual también ayuda a reducir las arrugas de la cara.
Cada seis de julio se conmemora el Día Internacional del Beso Robado, una celebración que busca servir como excusa para que muchas personas tomen el valor necesario para declararse a la persona deseada.