Las últimas encuestas a nivel nacional revelan que hasta un 40% de la población presenta algún tipo de alegría a lo largo de la vida. Entre los padecimientos de este tipo que más se presentan son: la rinitis alérgica con un 30%, el asma con un 5% y otras con un 5%; las alergias no tienen temporalidad pueden presentarse durante todo el año con picos en primavera y verano.
Sin importar el tipo de alérgeno que provoque la reacción en el organismo, este siempre traerá como consecuencia que se activen mecanismos de respuesta y produciendo que la piel, los senos paranasales, las vías mucosas y el aparato respiratorio se inflamen.
Entre los detonantes de alérgicos más comunes se encuentran el polen, los ácaros de polvo, esporas de moho, caspa de animales, alimentos, picaduras de insecto y medicinas.
Cada alergia depende del cuerpo del individuo que la padece y puede ir desde una irritación leve hasta una reacción severa como anafilaxis o un shock anafiláctico, pues es una situación de emergencia potencialmente mortal.
A pesar de que las alergias no tienen cura, existen diversos tratamientos que pueden aliviar los síntomas, entre ellos fármacos e inyecciones.
El tratamiento contiene una pequeña cantidad de sustancia o sustancias que desencadenan las reacciones alérgicas con el fin de estimular al sistema inmunológico para que produzcan los anticuerpos que impidan el desarrollo de lo síntomas de la alegría.
Cada tratamiento avanza de a poco, ya que el tratamiento aumentará la dosis de alérgenos en cada una de las vacunas, hasta que el cuerpo se acostumbre a la presencia de la sustancia que produce la alergia y los síntomas producidos disminuyan con el tiempo.
Para concientizar a la población en general sobre la importancia de prevenir las enfermedades causadas por alergias cada ocho de julio se conmemora el Día Mundial de la Alergia.