Uno de los consejos sobre finanzas personales que los especialistas siempre sugieren es el de realizar un presupuesto mensual. Uno de sus objetivos, es identificar la forma en que usas tu dinero y saber en qué áreas de tus gastos mensuales puedes ahorrar. Para lograr alcanzar las metas financieras y ahorrar de forma adecuada, es indispensable tener una buena salud financiera. Un primer paso para lograrlo es establecer un presupuesto que contemple los ingresos y egresos mensuales, ubique los gastos fijos y elimine los gastos innecesarios. El realizar un presupuesto te permitirá identificar aquellos gastos silenciosos que afectan tus finanzas.

Los gastos silenciosos son esas compras del día a día de productos que no están planificados y no parecen ser importantes. Ejemplos: El café de las mañanas, una caja de chicles, una cajetilla de cigarros, propinas, comer fuera de casa, compras por impulso, entre otras.

Los ejemplos más claros de este tipo de gastos silenciosos son:

Compras impulsivas por internet o en tiendas físicas. Las compras impulsivas no pueden clasificarse en una sola categoría de productos. Tanto productos de costo accesible como los chocolates, la ropa, los teléfonos móviles hasta los artículos caros, como las joyas, los vehículos y otros de gran valor, son todos ejemplos de compras impulsivas.

Estar suscrito a servicios que no utilizas. Muchas veces te suscribes a algunos servicios o plataformas que no utilizas y que el costo es mayor que el propio uso. Por ejemplo tener un servicio de música a través de una aplicación y usarla una vez al mes.

Comer fuera de casa. Es un gasto en algunos momentos innecesario. Comer fuera de casa implica gastar casi el triple de dinero, que si preparas tus propios alimentos en la casa. No es malo hacerlo, pero si de manera planeada y moderada.

El café diario en la cafetería. Uno de los ejemplos de gastos hormiga más característico son los tradicionales cafés que puedes comprar antes de ir al trabajo o el snack de media mañana. La periodicidad de este tipo de gastos es otra de sus características. Por otra parte, no suelen contabilizarse y pasan desapercibidos.

Tarjetas de crédito (intereses y recargos por retraso en tus pagos). En ocasiones se te pasa la fecha de pago de tus tarjetas de crédito o de tus créditos bancarios y esto implica gastos de cobranza que pueden ser innecesarios que te los puedes ahorrar si planificas correctamente estos pagos.

Gastos bancarios (cargos por mantenimiento de cuentas, comisiones, etcétera). Si tienes alguna cuenta bancaria y no la utilizas; ten mucho cuidado con las comisiones que te cobran. Pregunta en tu banco cuál es la cuenta que más te conviene y que no te cobre comisiones o bien que puedas exentarlas.

Ahora que ya se conocen estos gastos, la tarea es conseguir un orden en las finanzas y hacer lo posible por ahorrar la mayor cantidad de dinero que no está siendo bien utilizada. La disciplina y la planificación son dos requisitos esenciales para lograr este objetivo. Por eso, se recomienda usar alrededor del 10% del sueldo para ahorrar, siempre y cuando no afecte el pago de las responsabilidades económicas que ya se tengan.

La siguiente semana hablaré acerca de “¿Clonaron tu tarjeta?”

Y por último quiero que recuerdes que no importa dónde y cómo te encuentres hoy, siempre es buen momento para comenzar con finanzas saludables…

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