México es uno de los países que se encuentra alineado con la Organización Internacional del Trabajo para que sus habitantes encuentren actividades laborales decentes, estas se definen como trabajos donde hombres y mujeres cuenten con condiciones de libertad, equidad y seguridad.
Además, esta actividad productiva debe aportar un salario justo, seguro, con perspectivas de crecimiento y que favorezca la integración social. Todas esas virtudes tienen por objetivo de que el trabajador pueda manifestar sus inquietudes, se organicen, tengan oportunidades y participen en las decisiones que impactan en su vida.
Para lograr todo esto un trabajo decente debe de ser aquel donde se protegen los derechos humanos, se tienen ingresos adecuados y se cuenta con la seguridad social apropiada.
Todas las personas deben de tener conciencia de merecer un “trabajo decente” donde exista el pleno derecho a su dignidad humana es decir donde no existe discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, estado civil o cualquier otra condición de vida.
En gran parte estos derechos laborales se obtuvieron por medio de la lucha sindical, por lo que cada siete de octubre se reúnen para que a nivel mundial se promueva este tipo de Trabajos por medio de la denominada Jornada Mundial por el Trabajo Decente.
