La gastronomía mexicana es considerada un patrimonio intangible, ya que esto permite la preservación, difusión y conservación de este tipo de cocina. Cuando los platillos mexicanos son incluidos dentro de esta categoría se garantiza que se apliquen políticas públicas para mantenerlos “vivos” y “originales”.
La conservación de un patrimonio gastronómico implica ciertos desafíos, ya que no solo involucra la preservación de técnicas, platillos e ingredientes también se procuran los hechos sociales y culturales que rodean su creación.
Esto incluye a los comensales, ya que sin ellos el platillo no tiene razón de ser, los cocineros, pues en muchas ocasiones los platillos son su sustento y el eje principal para que se difunda y conserve dicho alimento.
Por ello es importante comprender que el patrimonio gastronómico mexicano no es una cuestión exclusiva de los intelectuales en el tema; es algo que se construye y conserva colectivamente e incluye desde el puesto de la esquina hasta el restaurante más prestigioso.
Desde el 2010 con el objetivo de rendirle un homenaje cada 16 de noviembre se conmemora el Día de la Gastronomía Mexicana.