El tratado START (Strategic Arms Reduction Treaty) tuvo sus inicios un día como hoy en el año de 1992 teniendo como objetivo prevenir una guerra nuclear. Esto logró reducir la cantidad de ojivas nucleares estratégicas que Rusia y Estados Unidos podían desplegar y otorgándoles el poder de inspeccionar al otro.
Su ultima renovación ocurrió en 2010, cuando era conocido con el nombre de Nuevo Star por los entonces presidentes Barack Obama y Dmitry Medvedev. En este se establecía que cada uno podía disponer de mil 550 cabezas nucleares.
Dicho acuerdo entró en vigor en 2011 y se prorrogo hasta diez años después siendo solo interrumpidas las inspecciones de armas durante la pandemia de COVID-19. Estos acuerdos resultan vitales, pues los países firmantes desde la Guerra Fría poseen casi todas las armas núcleares del mundo.
El 21 de febrero de este año el presidente ruso Vladimir Putin declaró que se retiraba de este tratado. Por su parte el gobierno estadounidense señalaba que Rusia llevaba un tiempo violando el acuerdo al negarse a las inspecciones.
Al dar por terminado el acuerdo en tiempos de guerra la tensión mundial aumento significativamente, ya que existe la posibilidad de que estas armas se utilicen.