La desigualdad y pobreza de Porfirio Diaz,

persiste en México con características diferentes, pero

pobreza aun, como resultado de la concentración de la producción.

y el comercio debido a la aplicación de políticas gubernamentales

de Derecha para concentrar la riqueza (1946-2018) contra políticas de Izquierda

 para distribuirla en ambientes de equidad

(las verdaderas izquierdas, no roban).

La igualdad, será tarea de cada quien según su trabajo,

código genético, talentos, voluntad, circunstancia y esfuerzo.

La disyuntiva promovida por las economías monopolistas

(5% contra 95%), es la ley de la selva, no, justicia.

Nuestra propuesta es: crecer PIB, si, y distribuirlo

para eliminar la pobreza y subdesarrollo aplicados

por las elites externas y locales de la globalización.

Pablo Hughes Reyes-Vallejo (Uruguay 1946).

 

Crecer para disminuir la desigualdad…

Los gobiernos siguen enfrascados en una discusión falsa:  ¿crecer o reducir la desigualdad?

Quienes piensan así, encubren sus intenciones de poder, lucro y riqueza empobreciendo al resto con políticas gubernamentales y leyes para elites aplicando herramientas criminales y de corrupción.

Esta claro que el planeta y los recursos de cada nación son colectivos para el bienestar social. De poco o nada sirve la justicia divina y las leyes: las elites son el anticristo de la imperfecta naturaleza humana construida con “barro” contaminado; otro error del Señor (junto con el celibato y otros)  de sus auto designados representantes.

Por lo anterior la formula es: mas desarrollo y menos desigualdad. Se pueden cumplir ambas metas; claro, CON UNA POLITICA PUBLICA A LARGO PLAZO (sin vanidades sexenales de hacer-deshacer; construir/destruir).

En este análisis se enfrentan dos sectores de la población: una mayoría empobrecida y manipulada, desorganizada e inducida al auto enfrentamiento (95% de la población) contra el 5% de la población constituida en elites (empresarial y política) en complicidad con el poder judicial y elites extranjeras.

A continuación, se presentan fragmentos del libro: Desigualdades. ¿Por qué nos beneficia un país más igualitario? de Raymundo Campos (Mx 1981), con comentarios de Pablo Hughes (1946).

El debate global en estos temas llega al consenso de que: la desigualdad es nociva para la humanidad

El mundo desde hace 200 años mide y busca el crecimiento económico impidiendo los poderosos soberanía para gobernar con bienestar y, pocos gobiernos se han preocupado de repartir entre los participantes la riqueza generada, incluido el enajenado consumidor: rey del mercado que ha venido actuando ingenua, manipulada y torpemente como súbdito.

El liberalismo de Smith y hoy el neoliberalismo de la escuela austriaca (individualismo), pugnan por la no intervención del gobierno en la “libertad, democracia y libre empresa” para enriquecerse los heredados (Piketty) desde los años 1800 quienes siguen exprimiendo, legislando y sobornando gobiernos.

El análisis de Marx, desenmascaró la explotación de los trabajadores con la “libre empresa y los gobiernos democráticos” encabezados por EEUU y Europa basados en apropiaciones militares, robo, muerte y endeudamiento rezando: si el modelo capitalista no se ajusta a la realidad, peor para la realidad” porque habremos de vivir menos tiempo, pero moriremos muy ricos…! y, todavía hay muchos gobiernos (Argentina, hoy) que piensan que: el gobierno no es la solución a los problemas sociales, sino el problema mismo.

Esta corriente “liberal, de dejar pasar y dejar hacer” redujo al Estado en tamaño y presencia (en México: Carlos Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto; cual súbditos del norte) y sometió las economías nacionales a Tratados entre poderosos y débiles, con el sabido resultado de los subdesarrollados vender materias primas y luego comprarlas ya industrializadas con el valor tecnológico agregado apoyado en fomentar el endeudamiento para empobrecer gobiernos consolidando bajos salarios, escolaridad gris; enfermedades y muerte).

Desde los años 1940, Ingenuamente creyeron las mayorías, y malignamente aplicaron las minorías en complicidad con elites y gobiernos sobornados que capitalizar mas a los ricos provocaría bienestar social; y este modelo continuó y acelero después de las Guerras Mundiales; momento (1946) en que nacieron en México las elites empresariales, junto con el PRI; hoy en desbandada en espera la nación de que la actual etapa de transición de la 4T, no sucumba a la tentación de las elites-SCJN/corrupción/mega-empresarios y transnacionales.

La lógica de quienes se oponen a la redistribución equitativa del patrimonio nacional es más o menos la siguiente: para cualquier gobierno, redistribuir la riqueza supone un costo mas alto a la economía en general que, el beneficio que pueda otorgar. El aumento de impuestos, en especial los que se aplican a los ricos, disminuye el potencial del crecimiento de la economía, lo que nos hace más pobres a todos (visión aplicada que ha empobrecido al 70% de los mexicanos desde hace mas de 50 años).

Esta propuesta proviene del economista Arthur Okun (EU 1928-1980), quien decía que el gasto social del gobierno es como una cubeta llena de agujeros: mientras más grande la cubeta, más agua saldrá por los agujeros. Así, el gobierno sería más ineficiente y perdería dinero; por otro lado, este tipo de políticas haría que los ricos generaran menos riqueza para pagar tantos impuestos, y también habría menos empleos y los pobres trabajarían menos reduciendo sus ingresos por lo que habría que aumentar los pagos “gratuitos” en forma de apoyos y subsidios.

En cuanto al “comunismo” no ha existido, existe ni podrá existir” (Hughes) por la irracionalidad de los agentes en la economía, confirmándose además, una verdad cristiana teológicamente encubierta porque la imagen y semejanza del hombre con dios, es falsa y equivocada porque la humanidad con sus guerras Israel-Palestina) demuestra que el barro de la creación contiene bastante basura y contaminación, cuyo resultado fue instalar en la naturaleza humana innumerables pasiones, odios, robo, asesinatos, corrupción, engaño, sobornos, cobardía, pereza, lujuria, pedofilia, traición, opulencia y, muy poco e inestable amor, justicia, racionalidad, perdón, comprensión y fraternidad.

Finalmente después de casi un siglo se viene aceptando que: la desigualdad es un obstáculo para el humanismo global.

Dice la globalización que hay otros “obstáculos” contra el desarrollo: la “pereza” que se fomenta cuando la gente pobre recibe apoyos y subsidios, o bien el desinterés entre los ricos para generar más riqueza (y pobreza; Hughes) ante políticas redistributivas con “cubetas y hoyos”.

Algunos estudios —entre ellos “El triunfo de la injusticia: cómo los ricos evaden impuestos y cómo hacer que paguen, de Emmanuel Saez (Fr 1972) y Gabriel Zucman (Fr 1986) muestran que en ningún país los ricos dejan de trabajar cuando los impuestos son altos, todos intentan eludirlos  pero, pero siguen generando empleos, riqueza propia y bienestar con salarios suficientes; dinero que al mismo tiempo se convierte en consumo y regresa a los empresarios como moderna “tienda de raya porfiriana”.

En 2019 Esther Duflo (Fr 1972), ganadora del premio Nobel de economía, afirmó que la gente pobre tampoco deja de trabajar cuando recibe transferencias y apoyos de dinero. De hecho, sucede lo contrario: un apoyo o una beca ayudan a mejorar los ingresos futuros e incluso pueden utilizarse, por ejemplo, para capacitación, algún negocio o salud.

Otra afirmación del neoliberalismo y de las elites (empresarial, política y de justicia) es que el gobierno no debe preocuparse por la desigualdad, sino sólo por disminuir la pobreza. Usted ¿Qué prefiere: disminuir la desigualdad o la pobreza…?!

La desigualdad es una DECISIÓN política del modelo de economía, leyes y fuerzas dominantes que la impulsan donde a las mayorías desorganizadas, manipuladas e ingenuas las conforman con cinco centavos o despido anónimo por “mil causas, fallas o incumplimientos del trabajador…” .

La desigualdad y su consecuencia: la pobreza, afecta nuestras relaciones sociales y hasta nuestra manera de pensar y, por supuesto, influye en las decisiones que tomamos y modela nuestra visión del mundo aceptando como DECISION DIVINA la pobreza y otros fenómenos de la injusticia como la corrupción y complicidad entre las elites nacionales y extrajeras.

Este trabajo de Raymundo Campos con comentarios de Pablo Hughes, es para reflexionar acerca de la pregunta: ¿CONVIENE A MÉXICO QUE EL GRADO DE DESIGUALDAD Y BAJA MOVILIDAD SOCIAL EXISTENTE PERSISTAN EN EL FUTURO?

EL CAMINO CONTRA LA POBREZA ES LA EQUIDAD; oportunidades para todos, las que han venido negando desde 1946 las elites política, empresarial y judicial…

No olvidar que el crecimiento económico ha dañado los recursos naturales, patrimonio de todos y, beneficiado solo a las minorías de las elites de tecnología dejando al resto solo enfermedades. No olvidar que la ciencia es producto del talento de la humanidad y que, los dueños del capital la compran para producir maquinaria, bienes y , armas para someter a los propios países aportadores del conocimiento. Es el caso de la bomba atómica (aportaciones científicas individuales de varios países) para amenazar y someter las naciones rumbo a una 3a guerra mundial donde no cabe la convivencia unipolar de EU y sus llamados “aliados” (mas bien, súbditos: Japón, Corea Sur, Alemania, Europa, Israel y otros).

¿Conviene tener un menor crecimiento tecnológico y con ello paz, menos contaminación, mas recursos naturales, menos inteligencia artificial, mas humanismo y menos robots…? Sí, y con ello encontrar el humanismo y la felicidad compartida.

Por lo tanto, las políticas públicas, deben eliminar la desigualdad en apoyo al humanismo. Recordemos, a EEUU le encanta intrigar y crear conflictos internos, soltar dólares para las partes en conflicto, enfrentar naciones y luego apoyar al vencedor para endeudarlo y someterlo. En esta perspectiva, querrán ¿EEUU y cómplices internos fragmentar, a México financiando una oposición para consolidar la explotación humana y robo del patrimonio nacional?

Este trabajo de Raymundo Campos con comentarios de Pablos Hughes, es un adelanto del libro Desigualdades. Por qué nos beneficia un país más igualitario, de Raymundo M. Campos Vázquez. Usted que opina?!

Artículo de divulgación del Centro de Estudios Eduardo Galeano.

“Ciencia es independencia para la democracia en la historia, educación y la economía”. Tlapancalco/Metepec, Tlaxcala. México.

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