Presentar coloración amarillenta en la piel y los ojos, orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal, pueden ser sus síntomas.

 

 

La hepatitis es la inflamación del hígado y puede tener dos causas: infecciosa y no infecciosa, que diagnosticada a tiempo puede ser curable; sin embargo, al no ser tratada puede causar una serie de problemas de salud e incluso ser mortal, informó el doctor Sergio Parraguirre Sánchez, Coordinador de Gestión Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.

Detalló que el hígado se encarga de filtrar la sangre que viene del sistema digestivo, eliminar químicos y metabolizar fármacos, además de ayudar a la digestión de productos grasos, síntesis de proteínas y factores de coagulación, por lo que se considera un gran laboratorio. Es una reserva de hierro, vitaminas y glucógeno, por lo que su cuidado es indispensable para preservar la salud general.

“Las hepatitis virales, la hepatitis autoinmune, la enfermedad hepática alcohólica y la enfermedad hepática grasa no alcohólica son las causas más frecuentes de daño al hígado, que pueden ser originadas por el consumo de bebidas alcohólicas, consumo de alimentos contaminados, obesidad, enfermedades autoinmunes, fármacos, reacciones alérgicas, entre otros”, puntualizó el especialista.

En términos generales, la hepatitis viral se divide en cinco tipos: A, B, C, D, y E. Si bien todas ellas causan enfermedad hepática, se diferencian en aspectos importantes, como la forma de transmisión, gravedad y los métodos de prevención.

Los síntomas pueden ser similares en las diferentes tipos de hepatitis viral, tales como presentar coloración amarillenta de la piel y de las mucosas (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal, aunque la mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase previa a la ictericia.

En específico, los tipos B, C y D se transmiten por vía sanguínea, tatuajes, inyecciones, o por vía sexual, lo que pueden provocar enfermedad crónica y son la causa más común de defunciones relacionadas con cirrosis hepática y cáncer.

“La hepatitis B y C, pueden causar infección aguda y crónica, por lo general la infección aguda es asintomática o se manifiesta con síntomas leves, pero potencialmente mortal por sus complicaciones crónicas. Su detección y tratamiento está disponible en el Instituto, así como la vacuna contra hepatitis B que forma parte de su cuadro básico, con el fin de erradicar esta enfermedad potencialmente mortal”, subrayó el coordinador.

Los casos de hepatitis A y de hepatitis E, que se contagian por la ingesta de agua o alimento contaminados o por el manejo de alimentos con manos contaminadas por personas portadores, sobre todo por el virus de hepatitis A, lo que ha ocasionado la presencia de brotes en escuelas, guarderías, comedores o en general, en la comunidad.

Finalmente, hizo un llamado a reforzar las medidas higiénicas, con el lavado y desinfección de frutas y verduras, consumo de alimentos bien hervidos, guisados o fritos, consumo de agua purificada o tratada con cloro, realizar higiene de manos antes de comer y después de ir al baño, evitar consumir alimentos en la vía pública o en lugares de dudosa higiene.

Ante cualquier síntoma deberá acudir a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) para una valoración integral y tratamiento oportuno.

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