Escrito por: Psicóloga Gabriela Rodríguez Gutiérrez

 

En nuestra sociedad, la idea de autorrealización ha sido frecuentemente asociada a la conducta personal, sobre todo al esfuerzo constante y al buen desempeño de cada persona. Nos enseñan desde jóvenes que con suficiente esfuerzo y determinación, cualquier meta es alcanzable. «El éxito está en tus manos», nos dicen. Sin embargo, esta visión utópica y errada puede llevarnos a una trampa psicológica profunda y peligrosa.

La creencia de que el bienestar emocional y el éxito son únicamente producto de nuestras acciones y decisiones personales implica que, cuando algo sale mal, la culpa recae exclusivamente sobre nuestros hombros. Frases como «yo debería poder con esto» o «no debería permitir que esto me afecte» se convierten en mantras autodestructivos. Se nos olvida que, en realidad, hay situaciones que, por su propia naturaleza incómoda y dolorosa, es completamente esperado que nos afecten.

El problema con esta perspectiva es que ignora el contexto social, cultural y económico en el que vivimos. No somos seres aislados; nuestras experiencias están intrínsecamente ligadas a nuestro entorno. La idea de que somos «demasiado sensibles» o que «estar triste, enojado, frustrado, etc., está mal» es una manifestación clara de cómo nuestro aprendizaje social nos condiciona para redirigir la reflexión, el cuestionamiento y la crítica hacia nosotros mismos.

En vez de reconocer los obstáculos que el contexto en el que estamos inmersos nos presenta, nos culpamos por no poder manejarlos mejor. Esta forma de pensar no solo es injusta, sino que también es una forma violenta de control social. Nos hace creer que la vulnerabilidad es un signo de debilidad personal en lugar de una respuesta humana natural a situaciones adversas.

A menudo, las emociones como la tristeza, el enojo o la frustración son patologizadas. Se nos enseña a ocultarlas y a sentirnos avergonzados por experimentarlas. Sin embargo, estas emociones son indicadores valiosos de que algo en nuestro entorno no está bien. Ignorarlas o minimizarlas no resuelve el problema subyacente; al contrario, lo perpetúa.

El reconocimiento de nuestra pertenencia a un contexto que nos vulnera es crucial. No podemos separar nuestras experiencias emocionales de las condiciones sociales que las generan. Si bien hay aspectos de nuestras vidas que caen dentro de nuestra agencia y mediante trabajo duro y mucho esfuerzo somos capaces de cambiar, muchos otros están fuera de nuestro control. Negar esta realidad es negar nuestra experiencia, capacidad y habilidades.

En lugar de esforzarnos por que nos afecten lo menos posible las adversidades, deberíamos cuestionar las estructuras que generan esas adversidades. considero que sería mucho más productivo enfocar nuestra energía en reconocer el contexto que nos vulnera, en lugar de cambiar nuestra respuesta a ese contexto.

El sistema actual, al fomentar la autoexigencia desmesurada y la autocrítica, desvía nuestra atención de los problemas estructurales que realmente necesitan ser abordados. Nos hace creer que si algo nos afecta, es porque no somos lo suficientemente fuertes o capaces. Esta narrativa no solo es falsa, sino que también es peligrosa.

La verdadera autorrealización no puede alcanzarse ignorando nuestras emociones o negando nuestro contexto. Debe basarse en una comprensión holística de nosotros mismos como individuos en constante interacción con nuestro entorno. Debemos aceptar que algunas cosas están fuera de nuestro control y que está bien sentirnos afectados por ellas.

La próxima vez que te sientas tentado a pensar «yo debería poder con esto» o «no debería permitir que esto me afecte», recuerda que tu respuesta emocional es válida. En vez de culpabilizarte, reflexiona sobre los elementos afuera que está generando esa emoción. Pregúntate qué aspectos de tu entorno necesitan cambiar para que puedas sentirte mejor, porque ojo, con el presente texto de ninguna manera intento quitar la responsabilidad del propio sujeto, ni calificar las cualidades y herramientas personales de cada persona como insuficientes para alcanzar tan ansiada Autorrealización, por el contrario mi intención es exponer un panorama mś amplio.

En conclusión, la idea de la autorrealización como producto 100% de la conducta personal es una falacia. Nos coloca en una posición de autoexigencia y autocrítica injustas, ignorando la influencia de nuestro contexto. Reconocer nuestra vulnerabilidad y la influencia de nuestro entorno es el primer paso hacia un verdadero cambio y bienestar. Deberíamos enfocarnos menos en cambiar nuestras respuestas emocionales y más en transformar en la medida que nos sea posible el contexto que las genera, adoptando por supuesto una postura de aceptación a aquellos elementos que se escapan de nuestro control. Solo así podremos alcanzar una autorrealización auténtica y sostenible.

Te recuerdo, querido lector, que ttu servidora brinda atención psicológica en el Centro de Psicoterapias Basadas en Evidencia CENPSIBE en el centro e Tlaxcala, si gustas iniciar tu proceso psicológico en el centro puedes agendar tu cita

 

 

Centro de Psicoterapias Basadas en Evidencia

Morelos no. 5-b Col Centro, Tlaxcala

Citas: 2463670876

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here