En México la promoción del uso de los métodos anticonceptivos se encuentra asegurada por el artículo cuarto de constitución donde se estipula que cada persona tiene el derecho a decidir de manera libre responsable e informada el número y espaciamiento de sus hijos.
Pero los programas de planificación familiar tendrían su auge en México en la década de 1960. Cuando el país presentó la tasa más alta de crecimiento poblacional más alta en toda su historia 3.4 por ciento anual, siete hijos por mujer; lo cual significaba que en 20 años la población se duplicaría.
Este panorama resultaba desastroso para la estructura social del país, esta es la razón para que en 1974 se publicara la Ley General de Población, con la cual se exhortaba a realizar programas de planificación familiar para regular y estabilizar su crecimiento.
Dicho enfoque cambio en 1994 con la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo donde surge el concepto de salud sexual y reproductiva, la población adolescente y la salud perinatal.
Los programas otorgan la capacidad de decidir en qué momento embarazarse y ver los riesgos que implica un embarazo a edad temprana o en su caso un embarazo geriátrico.
A pesar de esto un 82.4 por ciento de las mujeres mexicanas utilizaron su primer método anticonceptivo cuando ya tenían un hijo. Para promover el uso de anticonceptivos en el mundo cada tres de agosto se conmemora el Día Internacional de la Planificación Familiar.