La Casa de Artesanías de Tlaxcala celebró la tercera edición del Concurso Estatal de Alfarería y la duodécima del Concurso Estatal de Fibras Vegetales
El eco de las manos trabajadoras que, con paciencia y esmero, han moldeado la identidad cultural del estado, fue protagonista de esta emotiva ceremonia, encabezada por Saúl Pérez Bravo, director de la Casa de Artesanías de Tlaxcala (CAT).
La alfarería y el trabajo con fibras vegetales son mucho más que oficios: son la transmisión de un saber ancestral que sobrevive en cada pieza creada. Pérez Bravo lo dejó claro en su intervención, subrayando que estos concursos son una plataforma vital para visibilizar la riqueza cultural que representan. «Cada pieza es un fragmento de nuestra historia», expresó, «y merece ser reconocida por su valor estético, pero también por su profunda conexión con nuestras raíces».
La mujer alfarera: alma de la tradición
El concurso de alfarería, con el lema “La Mujer Alfarera», tuvo una especial dedicatoria este año, honrando a las mujeres que, a través del barro, han dado forma a un legado que se reinventa con cada generación. En las categorías de barro bruñido natural, policromado y vidriado libre de plomo, se premió a 21 artesanos, con galardones que iban desde los 12 mil hasta los 2 mil pesos. Estas obras, cuidadosamente elaboradas, reflejaron la maestría y la pasión que cada creador imprime en su trabajo, recordándonos que el arte popular es un lenguaje vivo que sigue dialogando con el presente.
En este marco de celebración, el galardón especial “Una Nueva Historia” fue otorgado a piezas de calidad excepcional. Este premio simboliza un renacer en la apreciación de la artesanía tlaxcalteca, abriendo un nuevo capítulo donde el talento local adquiere mayor proyección. Municipios como Tlaxcala, San Pablo del Monte, Españita y Tequexquitla destacaron con sus participaciones, demostrando que el arte no tiene fronteras y que cada rincón del estado tiene algo valioso que ofrecer.
Por su parte, el 12° Concurso Estatal de Fibras Vegetales permitió apreciar la versatilidad y belleza de un oficio que también ha perdurado a lo largo del tiempo. En las categorías de fibras duras y semiduras, artesanos de lugares como Santa Polonia y Nativitas exhibieron su habilidad para transformar materiales naturales en creaciones únicas. La inversión, proveniente del gobierno estatal y del programa PONAR, alcanzó los 70 mil 500 pesos, distribuidos entre los ganadores, con el objetivo de incentivar a los artesanos a seguir perfeccionando sus técnicas y preservando estas tradiciones.
La ceremonia contó con la presencia de la diputada Miriam Martínez Sánchez, quien reafirmó su compromiso de apoyar al sector artesanal. En su mensaje, destacó que la labor de los artesanos no solo contribuye a la economía local, sino que es esencial para mantener viva la identidad de Tlaxcala. «Es nuestra responsabilidad seguir fomentando y fortaleciendo estas actividades que son parte de nuestro legado cultural», afirmó con convicción.