Este 4 de octubre, la Ciudad de Tlaxcala celebra su 500 aniversario, recordando su fundación en octubre de 1524, un momento clave en la historia de México. A lo largo de cinco siglos, Tlaxcala ha sido testigo de eventos que han marcado su legado, desde la llegada de los españoles hasta convertirse en una de las ciudades más emblemáticas del país por su riqueza cultural y su papel en la historia prehispánica y colonial.
Antes de su fundación oficial, Tlaxcala ya era un territorio habitado por los señoríos de Tepeticpac, Ocotelulco, Quiahuixtlán y Tizatlán, donde líderes tlaxcaltecas como Xicohténcatl «el Viejo» y su hijo, Xicohténcatl «el Joven», resistieron inicialmente a los conquistadores. Sin embargo, la alianza estratégica entre los tlaxcaltecas y los españoles en 1519 fue fundamental para derrotar al imperio mexica, otorgando a los tlaxcaltecas un estatus privilegiado frente a otras regiones de la Nueva España.
En 1525, la llegada de los frailes franciscanos marcó el inicio de la evangelización en la ciudad, con la construcción del Convento de San Francisco de Asís, uno de los primeros en América Latina, que consolidó a Tlaxcala como un centro religioso de gran importancia durante la época virreinal.
Con la consolidación de la conquista, la Corona Española impulsó la fundación de nuevas ciudades y la implementación del sistema de cabildos. En este contexto, Tlaxcala se erigió como una de las primeras diócesis de la Nueva España, con Fray Julián Garcés como su primer obispo en 1525.
Hoy, 500 años después, Tlaxcala celebra su historia, cultura y tradición, reafirmándose como una ciudad clave en el desarrollo de México.