SANACIÓN EMOCIONAL
SUPÉRALO
Hoy es un día feliz, solo esperas lo mejor y de pronto, todo cambia. Una situación inesperada surge, alterando la sintonía de tu momento, de alegría a confusión, justo cuando más te sentías bien. Sí, suele pasar… te sientes triste y decepcionado. ¡Qué cambio vio! ¿Qué lo provocó? ¿Qué sucedió? Pueden ser mil cosas, a todos nos sucede. Lo que más nos afecta son los problemas emocionales de cualquier índole.
Los que más duelen son aquellos que te causan decepciones, porque lastiman sentimentalmente nuestra reacción. ¿Cuántas veces te has preguntado por qué, cuando das todo, no te corresponden? ¿Qué pasa? ¿Qué estoy haciendo mal? A pesar de que sabes que lo haces bien y estás dando lo mejor de ti: amor, cariño, respeto, sinceridad, honestidad…
Entonces, ¿qué pasa? Duele cuando te das cuenta de que no recibes lo mismo. Viene la depresión, la frustración, etc. ¿Y adónde quedas tú? Cuando das apoyo sin límite y solo eres el apoyo económico y nada más. Descubrirlo es muy triste y doloroso; expresas frases de todo tipo, y cuánta razón tienes: nadie puede callar lo que siente. Además, es una manera de expulsar y a la vez mitigar la situación.
Viene el proceso de negación. ¿Por qué a mí? Te revelas en contra de lo que sea. Luego viene la ira, el enojo, la desesperación. Lo difícil es llegar a aceptar el suceso, y esta es la única forma de salir, de superar. Antes, se debe sentir y vivir el dolor; es parte del proceso, parte del duelo.
Y piensa en la otra parte. Justificas por qué no piensa y siente como tú. La respuesta es muy clara: porque no le importas. Si realmente le importaras, no te haría sentir como lo hace. ¿Y tú, qué esperas? Piensa cuántas veces te ha hecho lo mismo, cuántas veces vuelves a creer y cuántas te volvió a mentir.
¡Sí! ¡Esto es mentir y burlarse de ti! ¿A qué más estás dispuesta? ¿A la humillación? ¿Y tú qué? ¿Cuál es la reciprocidad? ¿Le importas? No te cansas de sentir lo mismo una y otra vez. Acéptalo… no le interesas. Duele, sí. Pero es mejor una vez y no toda la vida. Suelta, aléjate, hazlo por ti. Siempre habrá quien te busque, solo date la vuelta y sigue. Nada es para siempre. Nada. Y menos el dolor; mira hacia adelante. No te pierdas, ¡no lo permitas!
SUPERA. Es una experiencia, tal vez la mejor. Aprende y sigue. Lo demás depende de ti.
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