La cocina se convirtió en un elemento indispensable para la representación sociocultural
Tras la Revolución Mexicana, la cocina se transformó y adaptó a las nuevas realidades sociales y económicas del país, y convirtió a la gastronomía en un elemento clave en la construcción de la identidad nacional, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La ponencia “Ingredientes de la mexicanidad, la cocina en el México posrevolucionario de 1930 a 1960”, fue presentada por el investigador del Instituto Mora, Luis Ozmar Pedroza Ortega, a través del canal de YouTube de la Coordinación Nacional de Antropología del INAH, organismo de la Secretaría de Cultura federal, quien explicó la forma en que la cocina se convirtió en elemento indispensable para la representación sociocultural de la integración nacional mexicana, luego de analizar documentos que contribuyeron a crear un discurso a favor del reconocimiento de la cocina como elemento de la mexicanidad: los recetarios y las campañas de Estado.
“La construcción de la cocina mexicana como un elemento identitario fue un proceso de larga duración, el cual comenzó a finales del siglo XIX y tuvo su auge de 1930 a 1960”, dijo luego de narrar la historia paralela de la gastronomía y las políticas de la alimentación en los diferentes gobiernos, partiendo del porfiriato, como antecedente, y lo ocurrido entre las referidas décadas.
Así, advirtió que, a finales del siglo XIX y principios del XX, tanto en México como en América Latina, las dietas indígenas se criticaron con preceptos no comprobados de las incipientes ciencias de la nutrición, las cuales demeritaban los alimentos ancestrales en beneficio de otros, como la carne y la leche. En el discurso porfiriano existía la intención de deslegitimar el consumo del maíz y favorecer el del trigo, pero, en la práctica, el maíz jamás tuvo una disminución, puntualiza Pedroza Ortega.