Las nuevas circunstancias exigen que el sistema financiero ajuste sus modelos de negocio
La educación financiera está en un momento de transformación y debe ser “invisible”, es decir tiene que ser parte de los productos y servicios que ofrecen las instituciones financieras, que también deberán generar mayores saldos de captación, pago puntual y disminución de la morosidad, lealtad a la marca vía diferenciación y ofrecer ventajas evidentes para los usuarios, afirmó el presidente de la Comisión Nacional Para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), Oscar Rosado Jiménez.
Al participar en el Tercer Congreso de Educación Financiera de la Asociación de Bancos de México (ABM), el titular de la Condusef aseguró que este cambio se debe a una “explosión” en las finanzas digitales debido a la aparición de los teléfonos llamados “inteligentes, el confinamiento durante la pandemia de Covid-19 y el interés de las nuevas generaciones en los temas financieros.
Rosado Jiménez indicó que, a su juicio, la inclusión y educación financiera se debe entender tomando en cuenta las siguientes 3 acciones:
- Acceso: como su nombre lo indica, es la posibilidad de tener un producto bancario mínimamente para transaccionar, enviando y recibiendo dinero.
- Inclusión: que implica que ese producto y transaccionalidad mejoren la vida cotidiana del consumidor financiero en lo personal, en lo familiar y si tiene un negocio, en el desarrollo del mismo.
- Salud financiera: que refiere el buen manejo del dinero, no como si la acumulación del mismo fuera un objetivo de vida, pero sí el medio fundamental para una vida digna con un menor grado de incertidumbre.
Detalló que la transformación de la educación financiera también ha sido impulsada por el interés creciente de las personas jóvenes, el uso de las redes sociales y la pérdida del miedo a realizar compras y pagos digitales a causa del confinamiento.
“Este “boom” por conocer más sobre finanzas personales no ha parado y continuará, porque a diferencia de la generación de los baby boomers, las personas jóvenes de las zonas urbanas con nivel de educación media superior y superior, saben o intuyen que deberán ser ellos los constructores, en parte, de su destino financiero”, subrayó el presidente de Condusef.
Aclaró que “no se trata de abandonar el compromiso del Estado en la garantía de una vida plena desde la cuna hasta la tumba, pero sí de aprender a manejar ordenada y equilibradamente sus finanzas personales, como parte ineludible de la construcción de una posible vida plena.
Rosado Jiménez precisó que debido a los cambios tecnológicos y al interés sobre todo de los jóvenes, “estamos frente a un segmento bastante grande de personas interesadas en saber manejar sus finanzas personales, que tienen a su disposición mucha información sobre productos financieros para revisar, comparar y decidir.
Sostuvo que este nuevo perfil de personas nos lleva a tener consumidores financieros que ya no están dispuestos a permitir que no se les pague rendimientos sobre sus cuentas de ahorro, débito o nómina; personas que quieren conocer mejores alternativas para guardar sus ahorros o invertir, que les den liquidez, rentabilidad y seguridad.
También personas usuarias que quieren pagar menos tasas de interés y comisiones, que exigen un mejor servicio presencial o en línea y esquemas de ahorro para el retiro que garanticen una tasa de retorno más cercana a sus expectativas y necesidades.
Esto implica, destacó Rosado Jiménez, que no sólo desde el Estado se debe pensar en garantizar lo mismo, sino que también es importante que las AFORES en lo particular y el sistema financiero, en lo general, desarrollen otro tipo de planteamientos novedosos e ingeniosos.
Aseveró que “las nuevas circunstancias exigen que el sistema financiero, tanto en México como a nivel mundial, ajuste sus modelos de negocio para satisfacer mejor las necesidades de las personas, al mismo tiempo que genere rentabilidad. Aunque algunos, muy pocos, ya han comenzado a hacerlo en nuestro país, exhortamos a que todas las partes interesadas se adapten y muevan en esta dirección”.
De lado de los reguladores, el titular de Condusef adelantó que tienen una gran oportunidad de hacer ajustes y “poner los ojos en los nuevos riesgos, además de que es un buen momento para demostrar que la regulación es muy útil y da seguridad a los principales bienes que custodia el sistema financiero: el dinero de las personas y las empresas. Más importante aún, la regulación protege la confianza en el sistema”.