Imagina que tu carro comienza a fallar, hace ruido al frenar, las luces del tablero se encienden y sientes que el motor está perdiendo potencia, ¿A quién se lo llevas? Es complicado pensar que lo llevarías a tu amigo que es abogado (y que poco o nada sabe de mecánica) lo más esperado es que es buscarías un mecánico, alguien con experiencia y preparación, alguien que cuente con el espacio y las herramientas adecuadas para arreglarlo. Ahora, piensa en tu salud mental: ¿crees que pueda quedar al servicio de cualquier persona?
Elegir a un terapeuta no es tan distinto, sí como no llevarías tu auto con un amigo que “le sabe más o menos”, tampoco deberías confiar tu bienestar emocional a alguien sin preparación adecuada, lamentablemente, en el mundo de la psicoterapia (por lo menos en México), hay quienes ofrecen soluciones mágicas, sin sustento científico, y como no existe una regulación legal que proteja a los usuarios, cualquier persona (por sus pistolas, dice mi mamá) cuenta con la facilidad de rentar un espacio y comenzar a promocionarse como terapeuta “holístico” y dichas prácticas lejos de ayudar pueden terminar siendo más dañinas que útiles.
Para ello es crucial entender por qué la psicoterapia basada en evidencia es la mejor opción (aunque llegue a sonar pedante), así que en la columna de esta semana te ayudaré a identificar como puedes saber si tu psicoterapeuta está certificado y si es que trabaja con modelos con un sustento empírico sólido, así reduciremos la probabilidad de pasar un mal rato y terminar perdiendo una buena lana (para acabarla de amolar).
Para entender qué significa “basado en evidencia”, piensa en google maps, cuando estás perdido o quieres llegar a algún sitio que desconoces, confías en una aplicación que ha sido probada, actualizada y que te lleva por las rutas seguras (en la mayoría de las veces). Así funciona la psicoterapia basada en evidencia: es un conjunto de técnicas respaldadas por años de investigación científica que han demostrado ser efectivas para tratar problemas como la ansiedad, la depresión y otros problemas psicológicos mostrar resultados consistentes y previniendo que dichos problemas pueden volverse a presentar en el futuro.
Por otro lado, confiar en terapias sin evidencia es como usar un mapa dibujado a mano o pedirle indicaciones a las personas en la calle, dichas explicaciones aunque pueden ayudar, es probable que estén plagadas de errores y callejones sin salida, puede que la intención sea buena, pero el riesgo de terminar más perdido es alto (y buscamos que no necesites correr ese tipo de riesgos).
Al elegir psicoterapia basada en evidencia, no solo tienes más probabilidades de mejorar, sino que sabes que estás invirtiendo tu tiempo y dinero en algo que realmente funciona, es como llevar tu auto a un taller mecánico certificado: quizá no será el más barato, pero sabes que saldrá de ahí en mejores condiciones (incluso podrían ofrecerte una garantía por cualquier eventualidad).
Esto nos lleva a poder cuestionarnos, cómo podemos saber si mi psicoterapeuta cuenta con las credenciales necesarias para desarrollar su práctica, porque como ya se ha mencionado antes, falta mucha regulación en nuestra área, y lo peor es que esto daña la imagen de la psicología, los psicoterapeutas, y daña a millones de personas todos los días.
En México, cualquier persona que ofrezca psicoterapia debe cumplir ciertos requisitos legales y de formación (como mínimo), es por ello que te dejaré una pequeña guía para orientar tu búsqueda.
1.Revisa que cuente con cédula profesional: Es como la placa de un carro, si no tiene cédula, no debería estar circulando. Todos los terapeutas deben tener una licenciatura en psicología registrada ante la SEP, puedes verificarla en línea, en el sitio oficial del registro nacional de profesionistas. https://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/presidencia/indexAvanzada.action
2.Confirma su formación extra: Un terapeuta no se queda solo con la licenciatura (por lo menos eso debería ser) aparte tiene que contar con una especialidad, maestría o certificación en psicoterapia, y si te dice que aprendió en un curso de fin de semana o solo con su experiencia, es como confiar en alguien que aprendió mecánica viendo tutoriales en YouTube(por ello no tengas miedo de preguntar).
3.Afiliación a asociaciones reconocidas: Aquí también existe un amplio debate entre profesionistas, ya que en muchas ocasiones el pertenecer a dichas asociaciones únicamente depende de que cumplas requisitos mínimos y pagues tu afiliación, sin embargo, aquí podríamos decir que es mucho peor no estar dentro, si pertenece a instituciones reconocidas, pudiera ser un buen indicador de que está actualizado y comprometido con su práctica, es como cuando un coche anda verificado.
4.Pregunta por supervisión: Los buenos terapeutas siempre están supervisados por colegas con más conocimiento, formación y experiencia, es como un piloto que sigue entrenando para perfeccionar su vuelo, si no tiene supervisión, algo podría no estar bien.
5.Busca referencias, pero no te fíes solo de la fama: Aunque escuchar buenas opiniones es útil, no olvides verificar sus credenciales. Ser popular no significa ser competente (algo que pasa mucho últimamente debido a las redes sociales) recuerda que hasta el peor mecánico puede tener muchos clientes si sabe venderse bien.
En el mundo de la salud mental, hay ofertas que suenan demasiado buenas para ser verdad: terapias que prometen “sanarte en una sesión” (o curar la depresión en una semana) , técnicas sin esfuerzo o prácticas que mezclan psicología con energías y cristales, esto es tan absurdo como creer que puedes arreglar tu carro con un hechizo en lugar de herramientas, estas prácticas no solo son ineficaces, sino que rayan en lo mágico e insultan la inteligencia de las personas que las consumen, y pueden empeorar los problemas.
Elegir un terapeuta sin preparación es como llevar tu auto con alguien que no sabe lo que está haciendo, puede que lo descomponga más y, al final, termines pagando el doble para arreglarlo (que muchas veces es lo que nos toca hacer, reparar lo que otros han empeorado), en dado caso y aunque suene muy fuerte, es preferible seguir por propia cuenta, en lugar de ir con personas no capacitadas.
Elegir un terapeuta basado en evidencia y certificado puede parecer más complicado o costoso al principio (sin contar que muchas veces vas a encontrar lista de espera), pero a largo plazo es la mejor inversión que puedes hacer por tu bienestar, es como ir con el Dentista cada 6 meses en lugar de ir ya cuando no soportas el dolor de muela.
No tengas miedo de preguntar, investigar y exigir, tu salud mental no es algo con lo que debas experimentar, así como te preocupas por elegir al mejor médico para tu salud física o al mejor mecánico para tu auto o el mejor celular que se adecúe a tus necesidades, también asegúrate de elegir al mejor terapeuta para evitar vivir malos ratos.
Al final, la vida puede tener muchos baches y curvas inesperadas, pero con el terapeuta adecuado, siempre tendrás un copiloto confiable para ayudarte a llegar a donde quieres estar, aunque recuerda… puedo estar equivocado.