• Conocida en náhuatl como Cuetlaxóchitl, significa “flor que se marchita”

 

El pasado 8 de diciembre, México conmemoró el Día Nacional de la Nochebuena, una fecha establecida para resaltar la importancia cultural, histórica y económica de esta emblemática flor originaria del país. Conocida en náhuatl como Cuetlaxóchitl, que significa “flor que se marchita”, esta planta tiene profundas raíces en la cosmovisión mexica, donde representaba la sangre de los guerreros caídos y era usada en rituales dedicados al dios del sol, Tonatiuh.

Con la llegada de los colonizadores, la Cuetlaxóchitl fue adoptada por los frailes franciscanos para decorar los altares navideños gracias a su intenso color rojo y su florecimiento en diciembre, convirtiéndose en un símbolo cristiano de la Navidad. Desde entonces, la flor de Nochebuena no solo se convirtió en un ícono de las celebraciones navideñas en México, sino que también ganó popularidad internacional, exportándose a países como Estados Unidos, Japón y varias naciones europeas.

Además de su simbolismo navideño, la flor cuenta con variedades de colores como blanco, rosa y amarillo, logradas por técnicas de cultivo. En tiempos prehispánicos, su látex y hojas también se usaban en remedios medicinales, subrayando su valor práctico y espiritual.

Actualmente, México es el principal productor mundial de Nochebuena, con estados como Morelos y Puebla liderando su cultivo. El Día Nacional de la Nochebuena no solo celebra su relevancia cultural, sino también su impacto económico, ya que genera miles de empleos en el país durante la temporada navideña.

Con esta celebración, se busca mantener vivo el legado de esta flor, que es un orgullo nacional y un puente entre la herencia prehispánica y las tradiciones modernas.

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